▶𝟷𝟿

161 24 1
                                    

>>Ya eran cuatro semanas en las que Kowalski me había echado de menos terriblemente, y cuatro también para los demás pingüinos, que también añoraban mi presencia pero no con el toque especial que lo hacía Kowalski

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

>>Ya eran cuatro semanas en las que Kowalski me había echado de menos terriblemente, y cuatro también para los demás pingüinos, que también añoraban mi presencia pero no con el toque especial que lo hacía Kowalski.

En esas cuatro semanas, en especial en la última, Kowalski había perdido toda esperanza en que yo volviera. Había presentido que yo había muerto, y sus presentimientos eran demasiado fuertes para estar equivocados. Y no se equivocaban.

Los pingüinos le habían dicho en numerosas ocasiones que no podría continuar así, de lo contrario, acabaría enfermando. Pero él siempre respondía <<No puedo evitarlo...>>, y cada vez su comportamiento preocupaba más a sus compañeros.

Sin embargo, la mañana de ese día, todo cambió drásticamente para todos. Era de madrugada y aún no había amanecido. Kowalski se despertó con una sensación extraña en su interior. Se incorporó y trató de despejarse. Otra vez un sentimiento parecido al que había tenido la semana anterior, pero más alentador... mucho más alentador...

Se levantó de la cama de un salto y una enorme sonrisa se dibujó en su rostro. No podía creerlo, todo era tan raro... Hacía días había tenido un sentimiento negativo y ahora tenía uno totalmente contrario... Pero era fantástico.

Kowalski.- ¡Por las barbas de Newton! ¡Gracias! dijo sin poder evitarlo.

Private abrió los ojos somnoliento, preguntándose por qué Kowalski estaba tan sonriente de pronto.

Private.- Kowalski... ¿qué ocurre?

Kowalski.- Es fantástico, Private.

Private.- ¿El qué?

Kowalski.- Ven conmigo, así Skipper no sospechará.

Private.- Pero... ¿de qué se trata?

Kowalski.- Te lo contaré cuando salgamos. Confía en mí. Sal un poco de las reglas, Private... No pasará nada, mi instinto no puede fallar. Ahora no.

Private aceptó a regañadientes, con miedo de lo que Kowalski pudiera llevarle a hacer... tenía miedo de que Kowalski se volviera loco y tuviera que enfrentarse él solo contra su desenfrenado deseo de escapar. Sin embargo, trató de confiar en las palabras de Kowalski.

En ese momento, Skipper se levantó y los pilló tratando de abrir la puerta.

Skipper.- ¿Se puede saber a dónde vais?

Kowalski.- No podíamos dormir y hemos decidido salir a despejarnos... un rato.

Skipper.- Está bien, pero que el paseo sea corto...

Kowalski y Private salieron al fin de la guarida, pero Skipper no había quedado muy conforme con la excusa de Kowalski. Y despertó a Rico.

Skipper.- Rico... Rico... dijo hasta que éste abrió los ojos—. Kowalski acaba de salir con Private porque dice que no podían dormir y hay algo que no me encaja. He visto a Kowalski con una sonrisa que hace ya mucho que no veo en su cara. No me fío y lo peor de todo es que se ha llevado a Private con él.

Rico.- ¿Vamoh a veh?

Skipper.- Sí, vayamos a ver...

Kowalski le había hecho señas a Private de que lo siguiera, y él obedeció. En ese momento, Skipper y Rico salieron de la guarida con unos prismáticos. Skipper fue el primero en mirar a través de ellos y vio como Kowalski y Private se disponían a salir del zoo.

Skipper.- ¡Rico! ¡Esos dos se dan a la fuga! ¡Sigámosles!

Private, por otro lado, no estaba demasiado convencido de lo que estaba haciendo.

Private.- Kowalski... No creo que debamos salir del zoo...

Kowalski.- Créeme, Private, mi instinto no puede fallar ahora.

Private.- ¡¿Qué?! ¿Estás diciendo que Sarah está...? ¡Pero tú mismo dijiste que había muerto!

Kowalski.- Lo sé, no lo he olvidado, pero ahora presiento lo contrario y no solo presiento que puede estar viva... dijo, mirando hacia la entrada del zoo.

Private.- No puede ser... dijo sonriendo.

Kowalski.- Sígueme y veremos si tengo razón.

Private.- Sí.

Mientras tanto, Skipper y Rico los seguían a distancia. Querían observar sus movimientos. Y Skipper no había visto mal, había una extraña felicidad en el rostro de Kowalski y sin duda, se disponían a salir del zoo.

Skipper.- Sigue detrás de mí, Rico, no los sorprenderemos por ahora.

Kowalski y Private lograron sus propósitos. Lograron salir del zoo, y ahora estaban en Central Park, ante una gran extensión de floridas hierbas verdes. Kowalski miró al cielo; estaba empezando a amanecer.

Kowalski hizo señas a Private de que lo siguiera y él obedeció de buena gana. Ya no ponía oposición, tenía total fe en que el instinto de Kowalski no se equivocaría.

Y en la lejanía, Skipper y Rico continuaban siguiéndolos, sin que ellos se dieran cuenta. 

 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Uɴᴀ ꜱᴇɢᴜɴᴅᴀ ᴏᴘᴏʀᴛᴜɴɪᴅᴀᴅ ᴘᴀʀᴀ ʟᴀ ᴠɪᴅᴀ 1 「Los pingüinos de Madagascar」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora