❛Sarah, joven científica que mira todo con su lado racional, se designa como una chica diferente. No obstante, algo inesperado pasará que le hará despertar su lado más animal❜
Esta pequeña historia, desde que la escribí, ha sido algo muy espec...
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A la mañana siguiente, fui yo quién los desperté a ellos, que se sobresaltaron al verme. Mi rostro estaba más serio que nunca, con expresión de gran tristeza.
Skipper.- ¿Qué sucede soldado?
Sarah.- He tomado una decisión —dije terriblemente seria—. Hoy iniciaré mi incursión a través de la jungla de asfalto.
Skipper.- ¡¿Hoy?! Pero Sarah, ni siquiera sabemos si estás preparada aún, ¿no preferirías quedarte un tiempo más por tu seguridad?
Sarah.- No —dije con frialdad al ver el rostro preocupado de Kowalski—. Es algo que he de hacer de inmediato.
Private.- Sarah...
Sarah.- Lo siento, Private. Confía en que volveré, pero no sé cuánto tardaré en hacerlo.
Rico.- Ten "cuidao"...
Sarah.- Lo tendré, Rico.
Skipper.- Veo que no podremos detenerte... Así que... al menos deja que te acompañemos a la salida.
Sarah.- Claro.
Cuando salimos, Kowalski les hizo un gesto de que ellos se quedaran atrás, que yo vi por el rabillo del ojo. Después, Kowalski se acercó a mí y ellos se quedaron dentro de la guarida.
Kowalski.- Sarah, ¿por qué tanta prisa ahora? ¿No sería mejor que te quedaras un tiempo más?
Sarah.- No. Creo que ya os he molestado bastante con esto. Es hora de que cumpla mi promesa de ir a ver que ha sido de ellos.
Kowalski.- ¿Por qué esto ahora? ¿Por qué tanta frialdad? ¿Qué ha pasado, Sarah?
Sarah.- Mi corazón se dividió en dos una vez y he sabido escoger a cuál de las dos mitades atender para que la otra deje de sufrir.
Kowalski.- Oh no, Sarah... No... Yo no...
En ese momento salieron los demás de la guarida y dirigí una mirada general para despedirme.
Sarah.- No me echéis de menos. Hasta pronto chicos.
Y entonces, con un salto y una voltereta, salté la valla del hábitat para emprender mi viaje, con terrible odio, el corazón roto y una desesperante sensación de soledad.
Por un lado, deseaba fervientemente acabar aquella misión que yo me impuse para volver con los pingüinos, pero al recordar la conversación que Kowalski había mantenido con Skipper hacía apenas unas horas, me hacía tener ganas de internarme en la ciudad y no volver al zoo jamás.
Me debatía entre dos sentimientos antagónicos; por un lado empezaba a sentir odio hacia Kowalski, y por otro, y era una realidad que no deseaba admitir, seguía tan enamorada de él como al principio. Necesitaba salir del zoo, necesitaba ver a mis padres, o al menos, saber qué había sido de ellos y también... necesitaba saber cuál de los dos sentimientos que tenía era correcto poseer.
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