Jamás digas nunca [T.I.M. #1]

Capítulo 21

Kelly mastica la tapa de su lapicero mientras mira con fijeza a Chris, sopesándolo. Él tiene una ceja enarcada y la cabeza ladeada, estudia a la chica de la cabellera rosa de la misma manera que ella a él.

¿En qué momento comenzarán los zarpazos?

Carajo, debo calmarme. No hice nada malo. Es decir, ella no posee los derechos de uso del nombre, ¿verdad? Cualquiera podría llamarse Kelly. Sí, ese es un buen argumento. Seguro, ella lo rebatirá... ¡pero es una buena defensa para comenzar!

—No estaba hablando de ti, pastelito —dice Chris, lo que me hace tensar y que mi respiración se corte de tajo mientras espero la reacción de la aludida—, pero si quieres ser mi Kelly no seré yo quien te quite la ilusión.

La ceja de Kelly se eleva de esa forma en la que asusta un poco y yo comienzo a temer por la vida de Chris. Segundo error del día: llamarla pastelito. Esto no pinta nada bien.

—Kels... —mi voz queda reducida por el sonoro grito del asistente de Bella llamando a Kelly por su apellido.

—Vamos, Gardner. ¡Vamos! —la apresura.

Mi amiga se vuelve hacia el moreno y lo liquida con la mirada. De hecho, puedo apostar que su mirada liquidará todo con lo que se tope justo ahora.

—¡Ya voy! —ladra y se apresura a recoger unas cosas de su escritorio antes de volver a mirar a Chris y luego darme la temible mirada a mí mientras me señala—. Voy a subir a terminar esto con Bella y cuando regrese más vale que escuche una buena explicación sobre éste...

—Bueno, "éste" tiene un nombre, eh. Si tú quieres ser mi Kelly vas a tener que tratarme con más cariño, pastelito.

—¡Cállate, Chris, joder! —gruño mientras Kelly levanta su dedo medio y se aleja rumbo a las escaleras que llevan a la oficina de Bella.

Chris se vuelve hacia mí y me mira con las cejas enarcadas. Yo me cubro el rostro y gruño con frustración.

—De acuerdo, ella es rara. No sé si será la mejor opción para interpretar el papel de mi follable Kelly porque, ya sabes, se supone que debería mirarme como si estuviera loca de amor, no como si acabaran de sacarla del psiquiatra y deseara rebanarme la garganta —dice, inclinándose sobre mi escritorio—. Pero —enfatiza— no me pondré quisquilloso. Estoy tan desesperado que seriamente me he planteado ponerle un vestido a una escoba y decir que es mi novia... Si tan solo eso sirviera de algo.

Lo miro, negando con la cabeza, y suspiro.

—¿Por qué diablos estás tan desesperado, Chris?

—Porque Stacy... como Stacy mi ex a la que tú le dijiste acerca de mi imaginaria y candente novia Kelly, se va a casar por lo civil en tres semanas. Así que ella vino a decir una mierda sobre nosotros dos siendo mejores amigos y ella queriendo que mi novia y yo firmemos como testigos en su boda.