Capítulo 25

24.4K 2.4K 455
                                    

Abro mis ojos con sorpresa cuando el hombre con el precioso ramo de girasoles se detiene frente a mi escritorio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Abro mis ojos con sorpresa cuando el hombre con el precioso ramo de girasoles se detiene frente a mi escritorio. Me sorprendo todavía más al reconocer que dicho hombre es nada menos que Chris, el primo de Philip.

—¡Oh, mierda! —dice con una sonrisa—. Debí traer mi celular para grabar tu reacción y enviársela a Philip, Jadelicious. Él habría amado ver tu cara.

—Chris... —Parpadeo al tiempo que me pongo en pie—. ¿Qué haces aquí?

Él pone cara de póker.

—¿En serio, Jade? ¿Qué hago aquí? ¿Las flores y el regalo no te dan una idea?

—Idiota. —Le frunzo el ceño mientras esbozo una pequeña sonrisa—. ¿Eres el recadero de Philip ahora?

—¿Cómo sabes que son de Philip? —enarca una ceja.

—Tú no traicionarías a tu primo trayéndome obsequios de otro hombre —es mi respuesta. Me cruzo de brazos y le doy una mirada de suficiencia.

Chris muerde el interior de sus mejillas, con aire divertido, y se inclina hacia mí.

—¿Y quién dijo que esto es para ti?

Bueno, ahora sí me ha cerrado la boca. Arrugo la nariz en un mohín y él se ríe.

—Bien, si no son para mí, ¿entonces para quién? ¿Has venido hasta aquí para que te de la dirección de tu novia Kelly?

Él ladea el rostro y entrecierra los ojos mientras me apunta con un dedo y una lenta sonrisa aparece en sus labios.

—Chica lista, cruel y malvada. Orgulloso de ti, Jade. —Me guiña un ojo—. Y no, mi pastelito Kelly y yo no vamos a vernos hasta el fin de semana que es la boda de Stacy y el Señor Cara de Culo. Felicidades, acertaste, sí son para ti las cursilerías —admite antes de entregarme las cosas—. Pero no soy el recadero de Philip. De hecho, él estaba viniendo a verte para darte todo esto más un buen manoseo y besuqueo que yo no te daré, por supuesto, pero para su mala fortuna Ian lo encontró a punto de escaparse y lo retuvo. Tienen una mierda con la junta directiva que atender, así que, ya que yo estaba por allí, tu novio se puso de rodillas delante de mí para que le hiciera el favor de entregarte las cosas por él.

—Seguro que sí —digo mientras veo de cerca los girasoles sin poder dejar de sonreír.

Chris está a punto de decir algo cuando alguien, aclarándose la garganta, nos interrumpe. Miro en la dirección del carraspeo y encuentro a una mujer de cabello pelirrojo y ondulado, rostro redondo con pecas y ojos verdes. Melissa tiene la boca contraída en una mueca de desagrado. Ella me mira, dirige sus ojos a Chris y luego vuelve a mí.

Enarco las cejas.

—Jade —sisea—. ¿Qué clase de situación es esta en tu horario de trabajo?

No puedo creer que ella esté haciendo esto.

Me recuerdo que es la hija del dueño, y por ahora mi jefa, para no darle una mala contestación. Chris la estudia con la mirada, ella espera una explicación de mi parte y me lo deja saber enseguida.

Jamás digas nunca [T.I.M. #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora