Capitulo 14

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Narra Ralf.
Hey george, relajate, ¿que es lo que ha pasado? -Vuelvo a repetirle ya que no le escucho bien.
Es Deily, ella no está, hace varios días que no la veo y estoy preocupado, Ralf tu tienes algo que ver en todo esto, así que habla.
Mi cuerpo se paraliza ¿Cómo? DEILY NO ESTÁ
Intento tranquilizar a George;
Seguro que volverá. -Aunque mi voz no suena creíble en estos momentos, ni podría llegar a definir como me siento.
El me cuelga.
Yo me tiro en el sofá y empiezo a pensar todo lo  negativo que puedo llegar a ser en estos momentos, quizás le esté dando demasiada importancia.

Narra Deily.
Rápidamente intento incorporarme, cosa que no consigo ya que siento que mi cuerpo desplomado lo cual me parece raro, miro las paredes de un color apagado y triste, eso me hace recordar donde estoy, me levanto de la cama en la que estoy tumbada y grito, fuerte, por si hay alguna posibilidad de que alguien me escuche pero ya creo que no, es un cuarto en el que hay una puerta con más de 5 cerrojos, esto es muy extraño, entro en pánico y no sé que hacer, le pego golpes a la puerta pero nada funciona,  mi mundo se desvanece cuando pienso el porqué quizás me tienen ahí, Deily piensa en positivo, me digo mentalmente, para intentar calmarme.
La puerta se abre, y es aquel hombre grande que entró en mi casa, no entiendo nada.
El se queda mirándome, cosa que me intimida ya que no me gusta que hagan eso, pregunto el porqué me encuentro ahí, el no responde, sale de la habitación y cierra todos los cerrojos.

Narra Rous.
¿Ya te has quedado tranquilo? Ella está bien, me río ya que no puedo contener la risa este hombre es tan inseguro y me hace gracia la de cosas que hace siendo así, veo como maldice cosas en voz baja pero no consigo saber claramente lo que dice.
- Deberíamos soltarla, esto es mala idea.
-¿Mala idea? Me levanto de la silla en la cual estoy sentada me aproximo a él y le miro furiosa, ni se te ocurra, o lo que le pasará a ella lo pagarás tú.
-Él traga saliva de manera que noto como su cuerpo está en un estado de tensión.
-¿De verdad piensas que voy a soltar a esa chica después de todo? Ralf va a pagar lo que ha hecho.

Narra Deily.
Tengo hambre, mi cuerpo me pide comida pero es algo poco improbable, que me la den, así que busco mi teléfono pero.. ¡Oh dios, me lo dejé en la mesa cuando fui a abrir, qué tonta! No puede ser que tenga el teléfono en tantos momentos y ahora no, no puede estar pasando esto.
Es que trato de averiguar quién puede ser esas personas, ese hombre no me suena de nada, pero ella sí, ¿de qué? No lo recuerdo, estoy con mis pensamientos un tanto perdida.

Narra Rous.
Estoy bajando las escaleras, voy a entrar en esa habitación para echar un vistazo.
Entro y lo único que suenan son mis tacones altos.
-Hola querida. -Le muestro una amplia sonrisa, no sabe lo que le espera.

Narra Deily.
Noto como la puerta se abre y pasa la mujer es...es.. aquella que entró en mi tienda, la recuerdo, pero.. ¿porqué me tiene aquí?
-¿Piensas que va a venir tu Ralf? Me dice con sarcasmo.
¿Ralf? Que tiene que ver con todo esto, él no se acuerda ni de quién soy.
- ¿Quién eres? Le digo incorporándome en la cama.
-Realmente, eres muy patética, ¿Ralf no te habló de mi? Supongo que tampoco de como me gano la vida, hago favores, así como un doctor cura a los pacientes o lo intenta, yo soy la que ayuda al doctor, llevándole los pacientes o quizás no.
Entra.
Ella hace un gesto y aquel hombre vuelve a entrar, su expresión facial me dice que no quiere hacerme daño, lo noto.
El se acerca y me coge del pelo, yo intento quitarle las manos de mi cabeza y el lo hace más fuerte, estoy totalmente recta ya que el tira de mi pelo hacía arriba y yo trato de escurrirme pero me es imposible, hace una cosa que no espero y recibo un puñetazo por su parte en la boca del estómago, noto como me duele y siento que mi mundo se viene abajo cuando siento mis mejillas coloradas de tantos guantazos, entre el y ella empiezan a darme por el cuerpo toda clase de golpes, el ya no me agarra del pelo pero siguen como si yo fuese un saco de boxeo, llego a tal punto de no poder más y por mucho que intento gritar y pedir que paren no lo hacen y caigo en el suelo, me encuentro tirada y sin poder moverme, mi cuerpo me duele, y sangro.

Narra Rous.
Ya está, listo, cuando veo que está en el suelo, la dejamos tranquila, yo lo agarro y le digo que nos vayamos, eso hacemos, ya que ha tenido suficiente por hoy, mañana será todo día.

La vida en frambuesas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora