9. Búsqueda de respuestas

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Tal vez fue mala idea contarles a sus padres sobre los mensajes que estaba recibiendo desde hace algunas semanas. Bueno, fue una pésima idea, porque ellos prácticamente enloquecieron cuando los mencionó, pero necesitaba una excusa para decirle a Ally por qué no había respondido sus textos ni llevado el pastel de Manchas.

Solo quería pasar la tarde con Nash. Después de lo ocurrido, decidió que lo mejor para ambos era convivir más con él, porque era evidente que se sentía demasiado solo y su autoestima se definía como inexistente. Ahora estaba destinado a ser esa molesta presencia que hacía cientos de preguntas para obligarle a hablar cuando se aburrían de mirar televisión.

Se quedó allí toda la tarde, hablando sobre conspiraciones de ratas y películas de ciencia ficción involucradas con habilidades sobre-humanas. De hecho, su voz era la única resonando en la habitación, el menor se limitó a escuchar sus divagues sobre Resident Evil.

Estaban sentados en el suelo de la habitación de paredes rosas. Solamente hablaba, hablaba y hablaba sobre el origen de los Némesis mientras el otro buscaba qué ponerse, arrodillado frente a un cajón de su guardarropa.

—¿Si entiendes, no? Su hermano vuelve en la película tres convertido en un némesis que sigue órdenes y está destinado a matarla.

—¿Hermano? —comentó Nash con desinterés, sacando un pantalón de pijama cuadrado y un suéter.

—Sí, el hermano de Alice —murmuró.

Se sentía ignorado, por supuesto que sí. Ni siquiera le prestaba atención. Ordenaba sus cosas, como si todo no fuera lo suficiente estético, rosa y bello. Dios, estaba a punto de meterlo a su habitación para que hiciera lo mismo, probablemente se tomaría como un cumplido acabar con el desorden. Y querer descubrir qué eran esas cosas de encaje que aparecieron cuando abrió el cajón equivocado por accidente, solo empeoraba la situación.

—¿Alice?

—La protagonista se llama Alice —explicó una vez más, completamente seguro de que lo había dicho hace dos películas.

—¿No Verónica?

—No, bueno sí, en los videojuegos es Verónica... creo, pero en las películas es Alice. ¿En qué me quedé? —preguntó distraído, sintiendo que estaba perdiendo tiempo esencial, porque para él, no saber nada acerca de Resident Evil era pecado. Y en esa lista también se añadían Los juegos del hambre y The Walking Dead, que próximamente iba a relatarle.

—En el hermano némesis —suspiró Nash, terminando de vestirse.

Cameron se rascó la nuca mientras ordenaba sus pensamientos. Era complicado, no sabía si ya debía mencionar a Umbrella o necesitaba esperar más tiempo. Esas películas se definían como la biblia de la ciencia ficción tétrica y aparte, incluían zombis, así que ansiaba narrárselas. Pero la trama era jodidamente larga y Nash no estaba ayudando en nada. No podía concentrarse cuando estaba todo lindo usando un enorme suéter de los pálidos tonos del arcoíris y grandes pantalones donde seguramente ambos cabrían sin problemas. Su mente no podía relatar conspiraciones científicas justo ahora.

—¿Estoy aburriéndote? —Al fin se rindió, tal vez necesitaba volver a verlas para recordar el orden.

El chico negó con un movimiento de cabeza y pasó la vista a la alfombra. Se acercó hasta estar cerca de él, con la espalda recargada contra la base de la cama.

—Solo que es un poco... extraño —suspiró. Tomó la tela que colgaba del dosel, era blanca y fina, casi traslucida; lucía como algo de princesas.

—¿Qué es extraño? ¿La historia?—intervino Cam, a sabiendas de que necesitaba cuestionar todo para obtener respuestas.

La persona a su lado se quedó en silencio varios segundos antes de continuar, mordiéndose el labio inferior a la vez que su cara tomaba un leve tono rojo.

SilenceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora