Te Apuesto Mi Vida ❀ Blue Exorcist

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Estaba tan seguro de mí mismo, estaba haciendo todo sin pensar. Tan pronto cruzamos aquella puerta presenciamos una escena aterradora. Akane estaba con ambas manos en su cabeza mientras lloraba lagrimas de color negro que poco a poco se derramaban sobre el suelo. Un aura oscura sobresalió al instante mostrando una figura de humo oscuro la cual se expandía cada vez más. Akane solo podía llorar mientras dejaba escapar de sus labios pequeños gritos de dolor. Artemisa la estaba lastimando.

- ¿¡Qué es todo esto!? -Exclamó Rin-

Hice caso omiso a sus palabras y por ello Rin sacó su espada decidido a atacarla. Al verlo acercarse a ella corrí solo para detenerlo. La abracé impidiendo que Rin pudiese tocarla, este solo me miró con enfado.

- ¡Quitate!, ¿¿no ves que es un peligro?? -Me gritó-

- ¡¡No voy a dejar que le hagas daño!!

Sentí como Akane se aferraba a mí, aquello me sorprendió.

- D..Duele... me duele.... -Murmuró-

Chasqueé la lengua, no podía odiar tanto a Artemisa en estos momentos. La tomé en brazos y la puse sobre el sofá, me hinqué de manera que pudiese quedar a su altura y tomé su mano, necesitaba que me dejase entrar al cuarto de aquel horrible demonio.

- ¿Ahora que haces? -Se acercó Rin-

- Vete, si quieres delatarla entonces hazlo, solo deja de molestar y déjame ayudarla -Dije cortante-

En silencio se quedó de pié, ¿por qué seguía aquí?.

- ¿Eres capaz de tanto solo por ella?... -Su pregunta me sacó de mis pensamientos-

- Claro, no puedo permitir que siga cargando con todo el dolor ella sola...

- Pero.. ¿por qué? -Se le escuchaba más tranquilo-

- Ya te lo dije... -Me puse de pié frente a él- ...ella no ha hecho nada malo, tan solo se defiende por miedo a ser lastimada otra vez -Hice una pequeña pausa- si aún piensas en delatarla entonces vete

Volví a hincarme frente a Akane, tomé sus manos y las coloqué a ambos lados de mi cabeza, pues necesitaba que cooperara para dejarme entrar hacia donde Artemisa.

- Déjame entrar, por favor -Rogué-

Negó con la cabeza mientras aquellas lagrimas negras aún caían.

- Quiero ayudarte, vamos... -Insistí-

Después de eso cerró sus ojos, sus manos se dejaron caer y por ello las sostuve con más fuerza. Aquello me dejó en shock, ¿qué le había pasado?. Quería creer que tan solo había perdido la conciencia.

- ¿A..Akane?... -Esperaba a que respondiera pero no pasó-

Su respiración se hacia más débil, su piel más fría. ¿Acaso estaba...muriendo?. Debía hacer algo y pronto, no iba a darme por vencido, definitivamente no iba a perderla.

No dejaré que muera mientras yo esté aquí...