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Cansada, débil, pero de igual forma cómoda por el lugar en el cual me desperté. Estaba sobre una cama y cubierta con unas cálidas sabanas. Quise abrir mis ojos pero era difícil, ni siquiera mi voz salía. El silencio que tanto me estaba matando fue roto por una voz familiar dentro de mi cabeza, la cual me costaba tanto reconocer pero que de igual forma lograba calmarme.

- Oh, parece que ya despertó .-Otra voz al lado mío se hizo dar a presencia-

- ¿Eh?.

Finalmente los abrí, al aclararse mi visión pude divisar al chico demonio acompañado de otro de lentes y uniforme de exorcista, el cual me miraba con duda.

- ¿E...En... don..de--? .-Fui interrumpida tan pronto intenté levantarme-

- No te muevas, aún debes estar débil .-Suspiró el que no tenia gafas- Bueno... primero que nada creo que debo de presentarme. Mi nombre es Rin, y él es mi hermano menor Yukio .-Sonriente habló-

- Yo...y..yo... soy... -No podía decir gran cosa-

- Tranquila, sabemos tu nombre. Mephisto nos lo dijo hace tiempo-- .-Al instante fue golpeado por el codo de su hermano Rin mientras le miraba nervioso- B..Bueno.... olvídalo.

- Mephisto... -Murmuré pues el nombre se me hacía tan familiar pero me costaba recordarlo-

- ¡N..No hay que darle importancia!, solo... dinos, ¿qué es lo que recuerdas de lo que pasó? .-Dijo Rin-

- Pues... no mucho... solo... -Hice mi mayor esfuerzo por recordar- mas bien... nada...

Frustración, es lo único que podía sentir. En sus rostros estaba reflejado el sentimiento de tristeza, me miraban con lastima y no sabía por qué.

- Por ahora debemos irnos, pero si necesitas algo solo tienes que hablar .-Yukio agregó amablemente-

- Bien, hasta luego, Akane.

- Si... -Murmuré-

Otra vez sola, el silencio era mi única compañía y por ello quise dormir pero era imposible, pues ya estaba despierta. Quise ponerme de pié a pesar de mis piernas débiles, quería enjuagar mi rostro. A paso lento y débil llegué para luego mirarme al espejo. Abrí los ojos como platos con solo verme, ni siquiera podía comprender cómo ocurrió esto. Mis cuernos.... ya no estaban y mi cabello era blanco al igual que mis pestañas y cejas.

Artemisa... había abandonado finalmente mi cuerpo...

- Señorita, venga, todavía necesita reposar .-Una joven mujer me llevó nuevamente a la cama-

Sentada sobre dicha cama con las piernas cubiertas con las sabanas seguí mirando mi cabello, mis manos, la piel. Siento como si algún recuerdo quisiese ser liberado pero está siendo retenido. No comprendo nada. ¿Cómo fue que Artemisa me dejó?, ¿quién lo hizo?, ¿a quién le debo de agradecer?.

Mephisto...

Nuevamente ese nombre se cruzó por mi mente y sin previo aviso, mis lagrimas comenzaron a brotar de mis ojos con delicadeza mientras en mi garganta se formaba un nudo. Lloraba, algo dolía, mas no sabía qué era, simplemente... tenía ganas de llorar. Aún frustrada llevé mis manos a mi rostro para ocultar mis lagrimas, así estuve durante unos minutos hasta que finalmente me calmé. Me recosté e intenté dormir, esta vez debía descansar.

Pero aquella voz que tanto me tranquilizaba no dejaba de lastimarme...

Yo... quería recordar...

Fue tan solo cuestión de tiempo para que cientos de recuerdos fueran liberados de golpe. Unos tan hermosos pero que al final terminan siendo solo... recuerdos. Memorias bastante deprimentes y dolorosas. Todo esto ocurrió a media noche, cuando la luz de la luna se filtraba por la ventana e iluminaba levemente el lugar. Ya había recobrado la fuerza suficiente, ya me sentía capaz de caminar sin tropezar. Con el dolor en el pecho avancé hasta llegar a la ventana y mirar aquella hermosa luna mientras trataba de ordenar cada recuerdo que había llegado a mí.

Tal vez era mejor no recordar...

Quiero pensar que fue su culpa, que sus palabras hirientes eran sinceras y no solo mentiras para que pudiese yo odiarlo. Se que él no lo hizo solo para que no me doliera el hecho... de que había acabado con su propia vida solo por mí. No lo voy a aceptar tan fácilmente, quiero... quiero odiarlo.

Simplemente quiero olvidar otra vez...

- Te odio... -Murmuré entre sollozos y lagrimas- maldito idiota...

No puedo engañarme, es imposible, o al menos no cuando la verdad ya era demasiado obvia.

- Te lo merecías...

No se lo merecía para nada en realidad...

- Ni siquiera voy a extrañarte...

Mentiras y más mentiras...

- Yo... no te amo...

Nunca en mi vida amaré a alguien de la misma forma en la que lo amé a él...

Con el tiempo espero superarlo, simplemente debo superarlo. No pretendo quedarme estancada en el pasado, dejando que el dolor me impida seguir con mi vida. Ya que Artemisa se ha ido finalmente podré vivir tranquila como el demonio que soy. Lamentablemente no podré volver a ser lo que era al momento de morir, o sea, un angel, pero al final creo que no está tan mal, pues puedo ser visible para los demás y vivir todo como una segunda vida.

Te Apuesto Mi Vida ❀ Blue ExorcistDonde viven las historias. Descúbrelo ahora