Te Apuesto Mi Vida ❀ Blue Exorcist

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『AKANE POV』

Hubo un minuto de silencio total, permanecía aferrada a él, ni siquiera podía mirarlo a los ojos. Antes de que pudiese hacer algo sentí cómo me apartó de golpe, fue algo repentino, no supe por qué lo hizo. Me levanté de la banca frente al piano al igual que él solo para mirarlo a los ojos finalmente. Nuestras miradas se cruzaron, juro que por un momento no reconocí su mirada. Era una mirada tan apagada y llena de oscuridad que no pude ni reconocerlo.

- ¿Q..Qué haces? .-Murmuré algo nerviosa-

- Ah... nada nada. Solo estoy pensando en la complicada situacion en la que nos encontramos ahora .-Sonrió de forma despreocupada-

Sin duda de un momento a otro había cambiado mucho, es como si estuviese hablando... con alguien más.

- ¿Sabes qué sería lo justo? .-Comenzó a hablar- Que pudiese salir quien más razones tiene para vivir.

- ¿D..De qué hablas?

- Yo tengo una Academia de la cual estoy a cargo, tengo una vida fuera de mi trabajo... ¿y tú qué tienes? .-Seguía sonriendo-

- Mephisto... ¿q..qué estás diciendo?

- Eres sin duda una molestia, personas faciles como tú hay en todos lados... No sé que me hizo pensar que podría enamorarme de ti. Eres inutil, de nada me sirve tenerte .-Rió-

Mi cuerpo inmovil ante sus palabras comenzaba a derrumbarse por sus palabras las cuales me lastimaban de poco en poco. Quería pensar que sus palabras eran una pesada broma, una mentira total. Mephisto nunca podría decirme algo asi. Con total confusión y miedo tomé la pistola que había dentro del piano. Aveces es raro ver como esta habitación tiene armas por donde sea que busques.

- No necesito explicarte más, asi que si me permites... -Se acercó y me arrebató la pistola para luego ponersela en la cabeza- Acabaré con todo esto al fin .-Sonrió descaradamente-

- No... ¡No lo harás! .-Grité para luego intentar quitarle el arma-

Ambos comenzamos a forcejear, hubo un momento en el que estuve a punto de tener la pistola y por ello en mi mente solo pensaba en dispararme en la cabeza... aún sabiendo que lo mataría a él. Mi modo de pensar habia cambiado drasticamente desde que me dijo aquellas palabras y no se si eso es bueno o malo. Al final no pude obtener el arma, Mephisto retrocedió y volvió a colocarse la pistola en la cabeza. Su mirada se concentró en el suelo y dando un fuerte suspiro habló.

- Lo lamento tanto... Akane... -Dijo mientras volvía a mirarme a los ojos-

Una sonrisa nostalgica se formó en su rostro mientras que lagrimas se acumulaban en sus ojos, ¿qué le pasaba?, no comprendía nada pues el miedo a morir me comía viva. En eso, alejó la pistola para apuntarla a mi cabeza, no me dio tiempo de reaccionar ni mucho menos de moverme... pues ya me había disparado. La bala atravesó mi craneo dejando en este un agujero el cual comenzaba a sangrar pero a pesar de ello no me dolía... bueno, solo una leve punzada pero eso no era nada. En cambio Mephisto... cayó al suelo de rodillas mientras poco a poco moría para luego caer al suelo. Mi cabeza comenzó a doler al igual que el nudo que se había formado en mi garganta. ¿Por qué lo hizo?, ¿por qué me disparó si sabía que si lo hacía, él iba a morir?. El dolor comenzó a aumentar y antes de saberlo mi cabello comenzó a tornarse blanco...

Justo como lo tenía antes de que Artemisa se apoderara de mi cuerpo...

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Abrí los ojos lentamente, mi cuerpo se sentía comprimido y algo herido. Tan pronto mi vista se aclaró pude ver que todo mi cuerpo estaba siendo aprisionado por extrañas ramas y enredaderas de plantas. Intentaba liberarme pero era imposible. En eso, una singular chica acompañada de dos zorros blancos me vio y se asombró, a lo que le gritó a las personas que habían a lo lejos.

- ¡Oigan!, ¡vengan acá! .-Llamó su atención-

Logré identificar a uno de ellos, era el chico que Mephisto había traído consigo antes de que todo esto ocurriera. Me vio y de igual manera se asombró, se acercó corriendo para luego mirarme a los ojos fijamente totalmente atónito.

- ¿Quién... eres? .-Preguntó con curiosidad-

Con eso pudo darme a entender que todo este tiempo que estuve ausente, Artemisa estuvo causando muchos problemas.

- Akane... -Murmuré- por favor... b..bájenme de aquí...

- Bien. Shiemi, ¿podrías soltarla? .-Le habló a la chica de corto cabello la cual asintió-

Un extraño hombrecito verte que estaba en su hombro comenzó a deshacerse de las plantas de poco en poco hasta que finalmente quedé libre. Fue cuestión de segundos para que me diese cuenta de que mi cuerpo estaba débil y por ello al instante caí desmayada en brazos del chico con cola de demonio.

Había caído en un profundo sueño mientras me olvidaba de todo lo que había pasado en el cuarto de Artemisa...