aprendiendo a andar en muletas.

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-¡Hoy es la final!- exclamó refieriendose a un partido de fútbol y yo lo ignoraba moviendo el control fuera de su alcance. 

- ¿y que? están dando un nuevo episodio de pecezuelos. No me lo pienso perder. - intento protestar pero lo silencie- Shh, ya empezó- dije haciendo una mueca de silencio con mi dedo índice y comenzaba a tararear la canción de opennig y el se cruzaba los brazos en forma de enojo pero sin más, se unía a mi comenzaba a cantar conmigo. Y eso era señal de que se daba por vencido. - ¡Ves, ya te la estas aprendiendo! - exclame sonriente.

- ¡¿como no aprendermela si he pasado dos días mas en este hospital con una adolescente que tuvo una niñez frustrada?!- grito y yo hice un puchero. 

- ¿de verdad crees que soy frustrada?

- si. Verás,  tienes 16 y no sabes manejar, no puedes estar ni un minuto sola porque casi te matas y eres fan de una comiquita que no le da risa ni a un niño de 5 años pero sin embargo te encanta y te ríes con ella. No sé como es que tienes novio.

Me dolió.  Pero era cierto,  yo soy muy infantil y torpe... Pero es que siempre intento dar lo mejor de mí y sale mal no importa cuanto me esfuerce.

- ¿pero que te detiene?- le pregunte y la expresión en su cara fue épica- puedes irte cuando quieras,  yo no necesito que tú me cuides.

- oh, vamos- fuimos interrumpidos por el doctor quien abrio la puerta de la habitación. 

- Ya puedes irte, terminamos los exámenes en tu cerebro y has recibido muy bien el tratamiento como para poder seguirlo desde tú casa, pero claro, alguien tiene que ayudarte- explico el doctor y sabía que ahí comenzarían mis problemas ya que prácticamente era una niña huérfana. - Aunque, hay algo que me tiene un tanto preocupado, respecto a tú salud. No sabemos porqué te desmayaste y caiste por las escaleras, necesitamos una prueba de sangre, solo para descartar algunas sospechas. - el tono y la expresión con lo que la dijo me preocupo un poco, no sabía a que se refería con "algunas sospechas". -pero, eso puede ser después. te hemos sacado muchas veces las sangre y podemos hacer unos exámenes mas especializados con esas muestras ¿vale?- dijo tratando de no preocuparme tanto.

- Muy bien.

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-¿muletas? no-no, tengo ni idea de como usar esto.- balbucee.

Chris bufó.

- Tú puedes hacerlo amiga- me animo Mia.

- pero, parecen peligrosas ¿Cómo estas cosas pueden ayudarme? ¡Quiero una silla de ruedas!

- Si te caiste como una imbécil sin muletas, no quiero imaginar como serás con ellas- dijo Chris despreocupado y yo desde la camilla le daba un muletazo.

- Ann, es sencillo- dijo mia tomando las muletas y haciendome una pequeña demostración de como usarlas. 

- Muy bien- me levante y camine en un solo pie hasta alcanzar la muleta. Y al rato ya daba vueltas por toda la habitación con las muletas y era inalcanzable. 

- ¡parece que ya lo tienes dominado!- exclamó Chris.

Salimos de la habitación donde estaba hospedada y nos dirigimos al pasillo,  ahí nos encontramos al Doc y me despedí de él y agradecí,  el me informó que tenía que estar por el hospital de nuevo en una semana para buscar mi análisis de sangre y quitarme el yeso. Mi problema comenzó al ver las escaleras.  apenas acababa de dominar como caminar en muletas en una superficie plana y ahora tenía que bajar un montón de escaleras.

Genial, ¿puede mi vida ir mejor?

- Chris, no seas tan malo, carga a Ann- Agregó Mia como siempre de inoportuna- Por cierto Kevin esta en tu casa y esta preparando la cena.

- ¿ llevar a esa vaca de 100kg en mi espalda? no lo creo.

lo golpee con la muleta y tras escuchar un ligero Auch me hizo una seña con la mano para que subiera a su gran espalda.

Me bajo hasta planta baja en su espalda, y estábamos en el quinto piso.Se detuvo para que me bajara pero yo no me baje. El era mi burro, y tenía que obedecerme.

- ¡Baja de mi espalda!-ordeno al ver que no le hacía caso.

-¡no!-negue enseguida.- eres mi burro, tienes que cargar conmigo siempre. 

- ¿si?- me solto y pegue mi trasero del suelo, me queje de dolor y enseguida me levante en un pie para golpearlo.

- ¡Animal! soy una persona discapacitada ¡¿como eres capaz de darme este trato?!

- No, eres una vaca de 100... No, de 500 kilos. Y estabas en mi espalda, creo que tendre que ir al hospital.

- Basta, deberían callarse. Tendré que ir yo al hospital con migraña.  - se quejo Mia.

hicimos caso a Mia y subimos al coche sin decir ni una palabra. 

agua y aceite.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora