Capítulo 21

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Suspiré pesadamente y lo miré, aun sin poder creer lo que me estaba diciendo, sin embargo, sabiendo lo que significaba. Ambos lo sabíamos.

- Yo... no debí besarte - dijo Myung Soo por fin. Bajó la mirada y suspiró. - No debí hacerlo -

Me quedé sin saber que decir, y al no escuchar respuesta de mi parte, Myung Soo siguió empacando silencioso. El perrito soltó un suspiro y se acostó en el pasto húmedo.

- Yo no me arrepiento de nada - dije al aire. Myung soo detuvo lo que estaba haciendo y miró, perplejo. Aproveché la oportunidad y con pasos cautelosos llegué hasta donde se encontraba.
- Tú no hiciste nada... - alcanzó a decir antes de ser interrumpido por mis labios.

Lo estaba besando. Yo, Kim Yoon Li, estaba besando a Kim Myung Soo y ni siquiera sabía exactamente por qué. Pero lo que si sabía, era que no quería dejar de hacerlo, no quería soltarlo, y no quería separarme de él.

El viaje a casa fue silencioso, no había ruido ni siquiera del exterior. Y a la casa solo la iluminaba la luz de la sala, que indicaba que mi padre se encontraba ahí. Apenas llegamos él abrió la puerta y me buscó con la mirada.

- ¿Cómo esta la niña mas linda de este mundo? - dijo mientras extendía los brazos. Dudosa, lo abracé pensando cual sería mi siguiente movida.
- Mas o menos, te he extrañado mucho... este idiota no es la gran cosa - murmuré nerviosa. Myung Soo, sorprendido por el comentario, no hizo mas que bajar la mirada y acercarse a mi padre con una reverencia.
- Pero te ha cuidado bien, ¿no es cierto? -
- Mas de lo que me gustaría admitir - hice una mueca. Myung Soo seguía en las nubes, seguramente sin poder creer mi comportamiento. Y es que casi estaba diciendo que no soportaba estar con él, aunque no era del todo cierto.
- Lo has hecho bien muchacho... - dijo mi padre - Mañana hablaremos acerca de Yoon Li, mientras tanto, vayan a dormir - palmeó su hombro y se marchó. Myung Soo regresó al carro y continuó bajando las cosas.
- Estuvo cerca, ¿no crees? - susurré, pensando en que si levantaba la voz mi padre podría descubrirnos. Pero parecía que ni siquiera Myung había escuchado. - Myung soo... ¡Kim Myung Soo! - dije mientras sujetaba su brazo.
- ¿Qué? - contestó en tono molesto. Fruncí el ceño.
- ¿Qué pasa contigo? -
- Pensé que nos llevábamos bien - gimoteó. Parecía realmente herido. Sonreí dulcemente y tomé su mano, cuidando que mi padre no volviera y entonces si, nos descubriera.
- ¿No crees que será un poco sospechoso si se da cuenta de lo bien que nos llevamos? - inquirí - ¿que nos llevamos muy bien? ¿Demasiado bien? -
- Tienes razón - dijo, acariciando mi mejilla con tanta delicadeza que comenzaba a inquietarme. Quería mucho más que esa simple caricia. Acerqué mi rostro a su mano, pero Myung no hizo nada mas. Se metió a casa tan rápido que parecía que mi rostro le había quemado la mano. Suspiré agobiada. No sé si era muy pronto, o yo realmente no quería que mi padre regresara.

Entré a mi cuarto y decidi que una ducha era lo mas conveniente para estos momentos. Justo antes de subir, la servidumbre me había advertido que cenariamos todos juntos, y que podía decirle al joven Myung Soo tambien, es que...¿acaso ellas conspiraban a nuestro favor? Sonreí al imaginar una escena nuestra en medio de un beso mientras papá miraba hacía otro lado, y la servidumbre formando parte del atentado.

Durante los últimos dias, al parecer sin darme cuenta, habia pensado en Myung Soo mas de lo normal. Había sonreído al verlo reír mas de la cuenta, había querido abrazarlo mas de lo pensado, y había querido besarlo sin siquiera tener una razon. Una parte, mas grande de lo que creia, pensaba mucho en Myung Soo desde hace dias, pero apenas comenzaba a preocuparme por ello. ¿No era demasiado tarde? Suspiré, confundida y me metí a la ducha, lo mejor era cenar en el cuarto. Ni loca aceptaría la tensión que pudiera provocarse entre mi padre y Myungsoo allá abajo.

ANGEL - Kim Myung Soo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora