Si los que se pelean se desean, te declaro la guerra.Escena inspirada en un capítulo de After.
—Ney...
Miré todo a mi alrededor. El aire se respiraba puro, los rayos caían sobre el césped verde haciéndole ver más vivo, y se reflejaba sobre el agua cristalina de un inmenso lago. Era un día soleado.
—¿Te gusta?— dijo mirando el lago. —A mi me encanta, siempre vengo aquí a despejarme.
Se quitó la camiseta, aprovechando que no miraba me mordí el labio por acto-reflejo. Este hombre es como una estatua esculpida por dioses, y es imposible verle y no derretirse.
—Voy a nadar— dijo quitándose los pantalones rápidamente. —Lo suelo hacer desnudo, pero no te quiero dar un ataque cardiaco.
Buen punto.
—Ven— me dijo.
—No, claro que no— me senté en el césped.
—No era un pregunta— me dio la mano y me volvió a levantar. —No seas tonta, es como si estuvieses en bikini.Ah, ¿Que además esperaba que me quitase la ropa?
—No, Neymar— le repetí. El puso cara de cachorrito, y entonces es cuando por poco se me caía la baba.
—Pero...— siguió poniendo cara de cachorrito. —¿Por qué me haces hacer estas cosas?
El rió levemente.
—Te espero en el lago— sin esperar a que dijese algo, corrió hasta llegar al borde y saltó.
Cuando el no miraba y estaba buceando, me quité la ropa quedando en la ropa interior negra que me puse ese día. La verdad es que es cierto, sería como llevar un bikini.
El salió del agua, su cuerpo estaba mojado haciendo que se viese mucho más... ¿Sexy? No se, nunca había pensado de esta forma en alguien. Él me hacía sentir cosas que nunca llegue a sentir, mi cuerpo era un manojo de nervios y sentimientos cada vez que le veía.
Se acercó a mí, y se quedó parado mirándome de arriba a bajo con detenimiento. Por primera vez no me hizo sentir incómoda.
Espera, ¿Eso que hay entre sus piernas es un bulto? —y vaya bulto—. Abrí los ojos como platos, y no sabía si reír, sentirme ofendida o halagada. Solo quería que la tierra me tragase. Maldito Neymar. No me creo que haya provocado eso en el.
Tan solo actué como su no hubiese visto nada, seguramente sonrojada, ya que podía sentir mis mejillas arder.
Se sacudió el pelo cuál perro, unas cuantas gotas cayeron en mi piel. El agua estaba muy fría.
—El agua está muy fría— puse mi mano en mi hombro.
—Si, pero es mejor así— respondió. Mejor para ti, y para tu amigo.
—Mejor no me bañaré— el me miró incrédulo. —No me mires así.—Mira Adriana, hay dos maneras de que te bañas, o por la tuya o por la mía— levanté una ceja curiosa.
—Pues te advierto de que por la mía no va a ser— me crucé de brazos. —¿Qué me vas a hacer, eh?— reí.
El levantó las cejas.
—Eh, te he dicho que qué me vas a ¡AH, SUÉLTAME!
Me había agarrado de tal forma que mi espalda baja acabase en su hombro y sus brazos rodeasen mi piernas. Yo le daba golpes —inútiles— a su espalda para que me soltase, pero el no quería. Su piel mojada y fría humedecía a la mía, causándome escalofríos. Comenzó a andar.
—¡Te he dicho que me sueltes!, ¡Suéltame!— le volví a golpear en la espalda, mientras el me ignoraba.
Llegamos hasta el borde del césped, a un paso estaba el profundo lago. Me soltó e hizo que quedase de pie frente a el y de espaldas al lago.
—¡No te atrevas a empujarme!— le advertí, su rostro serio ahora tenía una sonrisa burlona, no decía ni una palabra. —No lo hagas— le miré fijamente a sus ojos desafiantes.
El se aproximó más a mi y tuve que retroceder, por un segundo me iba a caer y grité, pero entrelacé mis manos a su nuca apegando mi cuerpo al suyo.
Comprometida situación.
Su sonrisa se amplió más todavía y no pude evitar sonreír también. No tenía motivo para ello, pero lo hice.
Mi pecho subía y bajaba, estaba de puntillas ya que si no me caería, de no ser porque nuestros cuerpos no tenían separación alguna. Nuestras pieles chocaban.
Sus manos se movieron y acabaron en mi espalda rodeándome y teniéndome más segura todavía. Nuestros ojos no dejaban de mirarse en ningún segundo.
Sus ojos. Me transmitían calidez. El... me hacía sentir diferente, el y su manera de ser. Me hacían feliz.
Ya no eran mi respiración y la suya, era nuestra respiración. Se convirtió en una. Nuestros rostros se aproximaron tanto lentamente que nuestras frentes llegaron a chocar.
Sería la escena perfecta para un beso.
Estaba tan metida en mi burbuja que ni siquiera me di cuenta cuando empezó a hablar.
—Buena táctica, pero no te librarás— susurró con voz ronca.
Saltó e hizo que los dos cayésemos al agua juntos.
En el siguiente capítulo:¿Le confesará Adriana sus sentimientos, cómo reaccionará el?
Este capítulo ha sido más corto que los anteriores pero con más drama. En el siguiente capítulo habrá más.
26 VOTOS Y SIGO! 🌸
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¡Déjame en paz!© NeymarJr
FanficAdriana lo que menos buscaba en estos instantes de su vida era alguien que le molestase, que le interrumpiese, que le volviese loca, que le hiciese la vida imposible, que le enamorase, que le... ¿Que le enamorase?. [Publicada el 19 de noviembre de...