Capítulo 10: Inicios de relaciones y falsas amistades.

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Poco a poco tus "amigos" empiezan a desaparecer...

—¿Quieres ser mi novia?

Pensaba que está pregunta nunca llegaría. Y cuando la hizo no sabía si creérmelo. Esperaba a que alguien me  pellizcase, o a que directamente sonase el despertador.

Pero no. Era real. Neymar estaba justo delante de mi, preguntándome si quería ser su novia.

—Dime que esto no es una broma de mal gusto— levanté una  ceja insegura.
—Claro que no...— dijo sin creerse lo que acababa de decir.

—Sí— respondí entre el silencio intenso manteníamos, compartiendo miradas. Todo era tan irreal...

—Ya sabía que me ibas a decir que no, ¿En que mundo tú querrías ser mi novia?— rió irónico, negando con la cabeza.
—¿En este?— dije en tono dudoso. El me miró abriendo los ojos sorprendido.

—¿Me has dicho que...?
—Si, te he dicho que sí— reí.
—Entonces... oficialmente mi novia— sonrió torcidamente. —Por fin.
—Oficialmente tu novia— reí y me acerqué a sus labios para besarlos una vez más. Los labios de mi novio.

[...]

—Que feliz que andas— dijo Helena mirando como yo sonreía embobada.
—¿Y cómo no estarlo?— suspiré.
—¿Qué no me has contado de la cita del otro día?

Tenía dudas en mi mente, solo conocía a Helena de este curso, y nunca se sabe  cuánto debes confiar en alguien... podría causar mucha polémica si le da por contárselo a alguien.

—¿Adriana?— me miró confusa
—Te lo contaré, y me estoy arriesgando— le advertí con el dedo.
—¿El qué me vas a contar?— frunció el ceño.

Suspiré y me tapé los oídos.

—Sí, estoy saliendo con el—cerré los ojos con fuerza con miedo a que mis tímpanos explotasen.

[...]

—Gracias— suspiré furiosa. —Gracias por hacer que nos expulsen de clase.

Ella seguía con una tonta sonrisa.

—Cállate idiota, estás saliendo con Neymar. Deberías estar feliz— me miró y yo sonreí al instante.
—Créeme que estoy demasiado feliz, pero no era necesario gritar de esa forma— las dos reímos.

Sonó el timbre.

—Me tengo que ir— dije sosteniendo algunos libros en mis brazos. —No le cuentes nada a nadie, ¡y menos a Mario!— ella asintió.
—Soy un libro cerrado.

Confié en ella y me monté en el coche para ir camino a casa.

[...]

—Me siento como un adolescente que no puede ver a su novia porque su padre no aprueba su relación— rió el.

Estábamos en mi habitación, el se había presentado sin más, ya que le conté días antes que hoy mis padres no estarían en casa.

—La verdad es que la realidad no se aleja de eso— hice una mueca, entrelazando mis dedos en su nuca.
—¿Por qué dices eso?— me dio un corto beso, y me apegó más haciendo que yo me sostuviese sobre el.

¡Déjame en paz!© NeymarJrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora