Capítulo tres

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Berlín-Alemania,

11 de abril del 2014



— ¿Cómo es que habrá una protesta hoy? — preguntó muy sorprendida Charlotte — ¿Por qué no me habías dicho nada?

— Porque Jeremy me prohibió que te lo mencionara — explicó Alice, su mejor amiga —, y tú sabes cómo es él, es muy aburrido y timorato. — agregó.

Y Alice estaba en lo cierto, Jeremy Kauffman era un joven pelirrojo bastante timorato y bonachón. Él por ningún motivo quería que una de sus mejores amigas se metiera nuevamente en problemas.

Jeremy, quien conocía muy bien la situación en la que se encontraba Charlotte, rogaba que no tuviera más problemas con su familia y menos en la universidad, donde ya tenía la fama de "princesa rebelde", pues los medios de comunicación le habían puesto aquel sobrenombre y se habían encargado de ensuciar su imagen injustamente, pero poco le importaba a ella, ya que había otras cosas de las que debía preocuparse.

— ¡Ah, Jeremy! ¡Cuándo no Jeremy! — exclamó y suspiró con cierta resignación —. Si dependiera de él, ya habría dejado hace mucho este tipo de actividades. — La muchacha apreciaba mucho a su amigo, pero odiaba que no le permitiera tomar ninguna clase de desafíos.

— Lottie, tú sabes cómo es Jeremy, pero lo hace porque te aprecia. Además, ambas sabemos que tienes prohibido participar en cualquier clase de eventos como ese, así que es un asunto cerrado. — Al perecer Alice se había tomado muy en serio la advertencia que Arthur Luttenberger le había hecho a su mejor amiga.

— ¡Bah! — resopló — ¡Vamos! No haré nada malo. Además, es importante que los estudiantes alcen su voz contra la opresión del estado... ¿Cómo es posible que recorten el presupuesto en las universidades cuando exigen que paguemos impuestos más altos? ¡Es un crimen! — señaló, la joven apretó con más fuerza el teléfono que sostenía. Rabia e indignación era lo que sentía, pero no podía hacer nada, tenía las manos atadas, por así decirlo.

Era una lástima que la rebelde de los Luttenberger no pudiera hacer mucho, pues el parlamento estaba conformado por varios miembros y no sólo por su padre y de algo la joven ex princesa estaba segura; es que su padre no era tan mezquino para hacer ese tipo de cosas, pero los otros miembros sí y en ese grupo estaba incluido su propio tío y hermano menor de su padre, Bastian Luttenberger, actual ministro de economía y un cretino total.

— Ojalá pudiera hacer algo...— mencionó con pesar Charlotte. Ella realmente tenía ganas de apoyar a los otros estudiantes universitarios, sobre todo a sus compañeros de la universidad donde ella estudiaba.

— No te preocupes, estoy segura que encontraremos una manera de solucionarlo. Todos esos cretinos tienen que oír la voz del pueblo y sobre todo, la de nosotros, los estudiantes. — Sin querer su mejor amiga había llamado cretino su propio padre.

Alice se detuvo a pensar lo que había dicho, es allí cuando se dio cuenta de cómo sin querer había llamado al padre de quien consideraba su mejor amiga.

— ¡Hey, Lottie! — la llamó —. Lamento haber llamado cretino a tu padre, no fue mi intención, es que hay veces que la ira se apodera de mí. — intentó arreglar la situación, pero no tenía nada de qué temer, ya que la muchacha no se había molestado, pues estaba acostumbrada a escuchar ese tipo de calificativos hacia su padre y hacia su familia en las calles.

— No te preocupes, no me molesta en lo absoluto. Calificativos como esos los suelo escuchar a menudo en las calles, ya estoy acostumbrada. — justificó —. En fin tengo que irme, sin antes avisarte que estés lista para la 1 de la tarde, ya que ambas iremos a esa protesta de todas maneras y no escucharé un no por respuesta. — anunció muy campante.

El Secreto de la PrincesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora