Capítulo final

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Berlín-Alemania,

19 de marzo del 2015



— Entonces muere. — Finalmente acabaría con ella.

Bueno, al menos eso es lo que él creyó, porque uno de sus ex trabajadores había arruinado sus planes.

Había fallado una vez más.

La expresión en el rostro de Bastian Luttenberger era difícil de descifrar, se trataba de una combinación de odio y decepción. Aquel entrometido agente que estaba enamorado de su sobrina la había salvado de la muerte arruinando así sus planes.

— ¡Gabriel! — Charlotte gritó desesperada al ver que el hombre que amaba había caído al suelo por protegerla — ¡Gabriel, contéstame! — envolvió su cuerpo con sus brazos.

— Estoy bien, parece que la bala solamente me rozó el brazo — contestó, fingiendo no sentir dolor y con una sonrisa a pesar que estaba sangrando — ¿Y tú, te encuentras bien?

Charlotte asintió, no pudo evitar romper en llanto.

— Ya, estoy bien, no te preocupes, pequeña.

— ¡De acuerdo! Esta tonta y cursi reunión llegó a su fin — escupió furioso —, créanme ya tendrán más tiempo juntos en el infierno. — El iracundo tío de la joven estaba listo para apretar el gatillo de su pistola. No perdería más tiempo.

Era ahora o nunca.

Si tanto Midford como su sobrina deseaban morir, él estaba más que dispuesto a cumplirles su último deseo. Ambos eran un estorbo para sus planes.

¡Bang!

¡Bang!

Había disparado no una, sino dos veces y el cuerpo del hombre cayó tras los impactos de bala.

— Fallaste una vez más, Bastian. — dijo Gabriel sin quitarle los ojos de encima. Aún de pie, sostenía con firmeza el arma con el que le había disparado.

¿Cómo sucedió?

¿Cómo Midford pudo adelantársele al hermano de Arthur?

Bastian creyó que podía aprovecharse de la condición de herido del agente y se decidió a disparar. Sin embargo, no contó con que Gabriel fuera más rápido que él y se levantara del suelo rápidamente para dispararle, después de todo, se había enfrentado a un militar.

— Bas...bastardo — pronunció con dificultad —, debí haber acabado contigo desde hace mucho. — Midford bajó el arma y dio unos pasos hacia Bastian.

— ¡Qué lástima que no lo hiciste! De lo contrario no estarías en esta situación tan penosa. — pateó la pistola de su enemigo, apartándola así de su alcance.

— La policía está en camino — murmuró la joven —, el portero llamó a la patrulla cuando escuchó los disparos.

— Tenemos que llamar también a una ambulancia, no podemos permitir que el hermano de tu padre muera. Pueda que sea un mal hombre, pero todos merecemos un poco de compasión.

— Bastian arruinó mi vida, pero muy en el fondo no puedo evitar sentir lástima por él. — la ex princesa observó la figura inconsciente de su tío que yacía sobre el piso.

— Me da alivio que después de todo lo que él le hizo a tu familia aún seas capaz de sentir lástima por él. Tienes un corazón muy noble, Charlotte, definitivamente tú eres incapaz de sentir odio aunque lo niegues.

El Secreto de la PrincesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora