Y tal vez ya todo me da igual.
Porque no vale la pena enojarse,
gastar energía.
Ni es necesario que importe,
ganar insomnio.Tal vez ya no me importa qué hagas ni dejes de hacer.
No me importa si me quieres o no;
si me aprecias.
No me importa si te importo.Guardo emociones.
Borro acciones.
Cierro los ojos.Mi pecho aprieta.
Mis ojos escocen.
Respiro profundo.Camino con ganas.
Sonrio a la nada.
Mi cerebro lo entiende.Quién no lo entiende es mi corazón.
Que tanto te dio y malgastó;
Mi corazón,
que te acogió, te abrazó.
Mi corazón,
que lloró y se rompió.Pero no importa.
No, no lo hace.
Ya se había roto antes.
Esta desgracia es absurda en comparación.
Sólo un pequeño resquebrajo que se confunde y,
d e s a p a r e c ejuntoconlosotros.
Y qué importa si fuiste la primera persona a quien le abrí mi corazón desde aquella vez.
Qué tanto puede importar que te haya entregado un arma cargada,
vendado los ojos.
Te haya pedido que dispares.Qué importa.
Mi órgano bombeante suspira, cansado.
Decepcionado.
Pensó que iba a ser diferente.
[yo también]
Pero se vendió él mismo un cuento mal relatado.De todas formas,
no puedo cambiarte (nipiensohacerlo)
Te veo a lo lejos, sosteniendo el arma, con los ojos vendados, en confusión.
Escucho mis propios latidos y llamo a esto suicidio;
porque eso es el amor.Está bien, en este punto, soy intocable.
Nada me duele.
Tic tac, tic tac.
¡Dispara!, te gritó, ¡Házlo!
La adrenalina corre por mis venas.
Escucho un estruendo.
Pero no sólo lo escucho;
lo siento retumbando en mi pecho,
quebrantando mi cuerpo.Me rompiste.
Pero dejando de lado el tinte de sarcasmo,
en serio, no importa, porque igual te amo.Y luego me desangro.

ESTÁS LEYENDO
☾a.m.
PoesiaTodas mis conversaciones favoritas siempre hechas en la madrugada porque no sé lo que estoy diciendo. Y es ahí, en la madrugada, donde estos poemas fluyen escapándose por mis dedos y plasmándose en forma de arte, o algo así.