Los seres humanos le tenemos un miedo inexplicable a los vacíos. Tanto así que no tiramos esos adornos feos, horripilantes, dañinos a la vista, que nos regalaron en el 77, por temor a la pared blanca, desnuda. Pareciera que somos nosotros los que quedamos desnudos.
Le tememos a que algo falte. Así es como miramos al campo y le falta un poco de ciudad. Y miramos la ciudad y le falta un poco de campo. Y terminamos construyendo en el medio de una arboleda y plantando árboles y banquitos en el medio de la urbe.
Asi es como a nosotros nos falta amor,
y nos llenamos de elixir, de humo, de todo.
Preferimos arruinarnos,
por miedo al sentimiento hueco de nuestro pecho, de que algo falta.
Y que los vicios no son amor, no, no lo son.
Pero no son vacío.
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☾a.m.
PoetryTodas mis conversaciones favoritas siempre hechas en la madrugada porque no sé lo que estoy diciendo. Y es ahí, en la madrugada, donde estos poemas fluyen escapándose por mis dedos y plasmándose en forma de arte, o algo así.