Maratón 1\3 Capitulo 45

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POV Christian

En todo el día no he sabido nada de Ana y no es algo que me haga sentir bien en absoluto, quiero saber de ella todo el tiempo, eso es obvio, pero quiero saber como se siente después de todo lo que ha pasado, se que no es algo fácil con lo que lidiar y a pesar de que ella es una mujer muy fuerte no puedo evitar sentir el temor de que un día se dará cuenta que todo esto es mucho para ella y terminara por irse de mi lado. La perderás Grey , La perderé y quedare solo por culpa de toda mi jodida mierda.

Todo lo de Elena quedo de un lado, esta siendo acusada y espero que pague no por lo que me hizo a mi sino por alterar a Ana el día que anunciaríamos nuestro compromiso, por angustiarle de esa manera. Me siento desesperado, no entiendo de donde ha salido tanta angustia por saber de ella, le llamare, necesito al menos escucharla, que me diga que esta bien.

-Mierda..- No puedo evitar este enojo, ella no responde simplemente decide no responder, y listo.- JODER.- Iré a buscarla a su casa, tengo que hablar con ella. Salgo a toda prisa de la oficina y Taylor me sigue.
- Jason solo voy a casa de Ana.- Le digo y asiente, ha quedado paranoico desde lo de Elena, y no lo culpo. Conduzco a toda prisa rumbo a casa de Ana esperando por favor que todo esto sea solo un mal entendido provocado por mi maldito temor y que Ana no me este evitando como creo, aparco en su entrada y veo el coche que suele usar en días de trabajo, un enorme alivio recorre mi espalda haciendome creer que ella realmente esta aquí y que por un momento todo esta bien y que mi paranoia me ha llevado muy lejos... Tan lejos que hasta me hizo creer que realmente ella estaria aqui.

-Señor Grey, pase.- La cara de Rosa se contrae al verme.

-Donde esta Ana?- pregunto en un tono mas elevado de lo que debería al entrar a la estancia.

-Lo siento señor Grey ella no se encuentra.- dice en tono disculpante.

-Ya se que no esta aquí, quiero saber donde está Rosa.- la sangre abandona mi rostro y un frío me acapara ante la idea de haberla perdido.

-Señor Grey la señorita salió ayer por la noche con una pequeña maleta, estaba bastante contrariada y dijo se alejaria de todos sus problemas por unos dias, no quiso decirme donde iba, si lo supiera se lo diria porque ella necesita a alguien como usted, pero no es asi....- Rosa se ve interrumpida por la fina voz de una mujer que aparece bajando las escalinatas de la casa de Ana y no tardo mucho en adivinar quien es, el parecido a ella es casi imperceptible pero esta ahi.

-Que haces en la puerta Rosa?- Sus tacones resuenan por la amplia sala y al instante recuerdo todo por lo que ha pasado Ana y ella no ha sido capaz de estar a su lado y sin mas empiezo a detestarla, cuando llega a la entrada me ve con sorpresa y algo mas en su rostro.- Puedo ayudarle? - con un tono completamente diferente al de antes.

-No muchas gracias, Rosa ya lo hizo.- me despido de Rosa y salgo de la estancia en busca de mi coche, debo pensar donde cojones puede estar Ana y que es todo eso que la tiene asi, aunque puedo asegurar que todo eso soy yo. Maldito Grey.

Me tomo un momento para pensar donde cojones debe estar metida Ana, necesito encontrarla, aclarar todo esto, ella debe escucharme, yo la amo más que a nada, es la única persona que me hace sentir amado, y seguro, jamás tuve tanto miedo como el que siento desde que la conozco, ese miedo de perder a alguien, ese miedo de no ser suficiente para ella, de que mi oscuridad fuese más notable cuando ella está conmigo. Mi cabeza da vuelta tras vuelta y después de un instante mi bombillo se prende recordándome el apartamento que compro, donde dijo que iría cada vez que se sintiera abrumada. A toda prisa enciendo el auto y salgo disparado hacia allá, debe estar ahí, tiene que estar ahí, sino, no tengo ni puta idea de donde pueda buscarla.

Aparco en la plaza de estacionamiento del condominio con el corazón latiéndome a mil, como un puto adolescente en busca de su novia, y joder que lo es, pero no mi novia, es mi prometida, mi chica, mi futura esposa, que ahora está prófuga porque no quiere vivir con la mierda de vida que puedo darle, camino a paso rápido recorriendo el estacionamiento con mis ojos tratando de ubicar su coche personal pero nada, no está. Maldigo por dentro pero una chispa de esperanza y una sarta de oraciones al de arriba me mantienen con fe.

Toco una, dos y tres veces pero nada, no está, esto debe ser más grave de lo que pensé, lanzando una maldición me doy la vuelta y empiezo a caminar cuando un clic me hace dar la vuelta, espero un segundo y la puerta se abre con un Ana asomando levemente, mi corazón da un vuelco y sin pensarlo me abalanzo sobre ella tomándola en mis brazos.

-Christian?- murmura claramente asombrada.

-Porque Ana?- y al hablar me doy cuenta de que como todo un puto marica estoy llorando.

-Lo siento- dice por fin alzando sus brazos y rodeando mi cuello, presionándose contra mí, su cuerpo empieza a estremecerse y sé que está llorando.

-Shhhh, tranquila nena.- acaricio su cabello hasta que sus espasmos son menores, entramos al salón y cierro la puerta, la tomo de la mano y la llevo al sofá.

-Como me encontraste? Se supone que nadie sabía dónde estaría.- dice claramente contrariada.

-Pues supuse que estarías aquí, lamento llegar así, pero no respondías mis llamadas Ana, que se supone que haría, dejar todo así y esperar hasta que tú me llamaras diciéndome que romperías el compromiso...?-

-Qué? De que hablas?-

-Si Ana, llevo temiendo esto desde el día en que aceptaste, no lo entiendo, todo parecía estar perfecto, dime que sucede y porque desapareces sin siquiera decir algo, necesito saber que pasa nena, ya no me amas? Es eso?-

-Christian basta! Estas diciendo tonterías, claro que te amo.- se acerca a mi y acaricia mi mejilla-  Te amo Christian, tanto que duele.- una lagrima rueda por su mejilla.

-Entonces que sucede, dime.- suplico secando su llanto. Baja la mirada hacia sus manos entrelazadas en su regazo.

-Sentí miedo Christian, todo lo que pasó con Elena, el temor de perderte, o que tú me dejes porque pienses que lo que yo puedo darte no es suficiente para ti... Elena esta tan segura cuando dice que no soy la persona indicada para ti, yo...-

-Elena? Porque Elena es relevante en nuestra relación? O desde cuándo es importante su opinión?- digo claramente irritado, ella pestañea un par de veces y luego continua.

-Yo... yo fui a verla, y...- pero que coño!

-Que tú que?- grito.

-Christian no me grites!-exclama furica levantándose deprisa- Si, fui a verla, necesitaba dejarle claro algunos puntos, que supiera que no soy alguien que se acobarda por un susto.-

-Y porque necesitabas aclararle eso? Que no es suficiente demostrármelo a mí? Aunque déjame decirte Ana, no lo haces, porque esconderte aquí y no responder mis llamadas no es demostrar lo contrario, estas afirmando lo que ella dice.- se me queda mirando fijamente y considero retractarme pero no lo hago.

-No me hables como si tú lo supieras todo Christian, que sentirías si yo tuviese un pasado similar al tuyo y tuvieras que lidiar con ex amantes locos que tratan de secuestrarme? O peor aún, que tuvieras que levantarte día con día atemorizado por la idea de que no eres suficiente para mí y sientes que algún día me daré cuenta de ello y te dejare? Dime Christian.... Podrías lidiar con ello? Dime!!- grita.

Corazones de PiedraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora