- Por aquí su majestad ¡a la torre de las plegarias! - Henry ordeno a tres guardias que me rodeasen, las sirvientas habrían huido a otro sitio, ahora solo estábamos nosotros cuatro, me detuve ante el ruido de algo derrumbándose.
- ¿Que ha sido eso?
- Es Alicia - me dijo un soldado.
- ¿Alicia?
- ¡Se acerca! - uno de los guardias grito de miedo, los tres huyeron mientras yo corría tan rápido como podía para no quedarme atrás.
Mi vestido era demasiado largo y mis tacones eran demasiado altos y finos, no podía correr bien con ese atuendo.
- Por aquí señora - me indico un soldado.
Habìa una puerta blanca al final del pasillo, el borde superior estaba tallado con flores, todo era de piedra blanca excepto la puerta, apenas toque la puerta ligeramente esta se abrió de par en par, bueno no era muy segura.
- Su majestad - me hizo una reverencia para que pase.
- ¿Que? ¿Que vaya yo sola? - ¡dijeron que me protegerían! grite mentalmente.
- Esta es la torre de las plegarias, solo el linaje real puede entrar aquí, probablemente aquí estará segura ante el ataque de Alicia, estará a salvo señora ¡el señor Quentin y el jefe Henry también están aquí para protegerla! - los tres se arrodillaron antes de cerrar la pesada puerta, ahora estaba encerrada.
- Que oscuro - mire alrededor - ¿No hay ninguna luz? - por toda respuesta la sala se ilumino de repente, había alguien allí - ¿Que? - ¿como sabia que se trataba de un salón? ¿conocía este lugar? - No... no puede ser - todo debería resultare desconocido pero, apreté la falda de mi vestido en el miedo, la luz se encendió, lo que significaba que había alguien allí, no sabia si era amigo o enemigo.
No, si el enemigo estuviera aquí me habrían dicho que me escondiese en otra parte pero ¿y si el enemigo se colo aquí? ¿en que quedamos?
- ¿Hola? - llame en voz baja al asomarme cautelosamente al salón, había un pequeño gato negro - ¿Donde esta tu dueño? ¿Hay alguien ahí? - me acerque un poco mas y mire la cara del gato, el me devolvió la mirada - ¿Que hago hablándole a un gato? - le acaricie la cabeza y sus pequeñas orejas temblaron, su suave pelaje calentó mis frías manos.
¡Boom! resonó desde fuera, agarre al gato y lo apreté contra mi.
- Alguien llamado Alicia ha venido para atacarnos, todos me están protegiendo pero no soy la verdadera reina.
Estaba engañándolos a todos Quentin, Henry, los soldados.
- ¿Que hago? ¿Estoy haciendo lo correcto? - el gato salto de mis brazos y maulló, corrió hasta la habitación contigua con la cola en alto - ¿Que ocurre? - el gato agito la cola como haciéndome señas de que lo siguiese - ¿Adonde vas?
¿De donde ha salido ese gato? El gato rascaba la puerta mientras maullaba.
- ¿Quieres entrar ahí? - maulló y vino a frotarse contra mis piernas - Vale entremos - abrí la puerta - ¡Oh, espera! ¡Gatito! ¿donde estas? - corrí hacia el maullido, había algo de luz mas allá del umbral, puede que alguien estuviese allí - Disculpa... espera ¿que? - ahí estaba Chesire con sus orejas de gato, su ropa caída y una sonrisa en el rostro - ¿Chesire? ¿Has visto un gato por aquí? - Chesire rió e inclino ligeramente la cabeza - ¿Gatito, gatito, gatito?
Ya no podía oír su maullido, extrañada me puse de pie rápidamente, ahora que lo pensaba.
- ¿Que haces aquí?
- Oh, por favor, por fin te acuerdas de mi - dijo con un poco de sarcasmo - He venido a llevarte.
- ¿Llevarme donde? - oí una explosión atronadora, la ventana detrás de Chesire estaba abierta y el sonido de la batalla era fuerte y claro - ¿Lo oyes? El sonido de la batalla - podía oír a los soldados gritando, acompañados de sonidos fuertes de destrucción, di unos pasos atrás asustada - No pueden ganar.
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Alicia Inversa: La reina de las maravillas
FantasyLlegue a Inglaterra. Mi compañera y yo disfrutamos de la ciudad, un par de eventos inesperados me llevaron a un mundo desconocido. El mundo en el que estoy parecer ser el de Alicia en el Pais de las Maravillas. Los habitantes de este mundo afirman q...