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La hora del almuerzo había llegado, Jos buscó a Alonso con la vista, no lo había visto en las clases anteriores. Supuso que se había escapado con Alan y tal vez volverían para la hora del almuerzo.

Sabía que estuvo mal dejar a Alonso ahí sin decirle nada, sin darle apoyo en su nueva relación, se sentía la peor persona del mundo.

Notó a Bryan y Freddy quienes estaban a unas cuantas mesas y decidió caminar hasta ellos.

—Hola. —Sonríe— ¿No saben dónde anda Alonso? No fue a las clases anteriores.

—No, ha de estar con Alan.

—Alan sí fue a todas las clases.

—¿Tú cómo sabes?

—Hm. Pasaba cerca del salón, duh.

Jos toma su mochila y sale de ahí. Buscó en todas las clases, buscó en el jardín, buscó en las canchas, buscó en todo.

—Baños...

Empezó a caminar hasta los baños, cuando iba a entrar topó con Alan.

—No te recomiendo que entres, hay un niño llorando y no se calla.

Jos siente su sangre hervir, apreta sus puños con fuerza, solamente lo ignora y entra.

Empezó a empujar todas las puertas, la mayoría no tenían seguro, la última sí.

—¿Hola? ¿Hay alguien ahí?

Nadie contesta, pero si se escucha como alguien sorbe por la nariz.

—¿Alonso eres tú? Vamos abre la puerta.

Alonso no contesta.

—Vamos pequeño, soy Jos, abreme.

Alonso se puso de pie y abrió la puerta. El rostro de Jos perdió expresión alguna.

—Oh, Alon. —Lo abraza— ¿Por qué estás así?

Alonso oculta su rostro en el pecho del mayor y suelta leves sollozos.

—P-primero, mis amigos no aceptan la relación con mi novio. Segundo, Alan no recibe mis muestras de cariño solo me dice que estamos en público.

El mayor lo separa de él.

—¿Cómo? ¿No le gusta qué le des mimos?

El menor solo niega con la cabeza.

—Perdón por lo que estoy a punto de decir, pero tú novio es un estúpido.

—P-pero yo lo amo.

—¿Y estás seguro que el también lo hace?

El menor solo niega con la cabeza.

—Bien. —Lo vuelve a abrazar— Vamos, tienes que comer. Ah, y no vuelvas a faltar a clases por esto, ¿sabes lo difícil que es hacer dos copias?

Los ojos del menor, en ese instante, tenían un brillo.

—¿T-tú c-copiaste lo de hoy por mí?

—Sí. —Pasa un brazo por los hombros del menor— No quiero que repruebes, eso sería fatal y no quiero sentirme culpable. —Empiezan a salir del baño.

—Gracias. —Lo envuelve en un abrazo— Gracias, gracias, gracias, eres el mejor.

—No hay de que Alonsito, para eso estamos los amigos.

Se separan y caminan juntos. Todos los miraban raros, ha decir verdad a ninguno de los dos le importó eso en absoluto, y siguieron caminando juntos hasta llegar a la cafetería.

Friends? »Jalonso«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora