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A la mañana siguiente...

Jos, Bryan y Freddy se encontraban en la cafetería. Jos miraba de reojo al menor quién se encontraba a unas mesas de ellos, junto a Alan, dándose mimos con este.

—¿En serio Alonso te dijo eso?

—Efectivamente. Me dijo que no podía terminar con él, la razón, no la sé.

—Solo lo hace por su familia, ya les presentó a Alan como "novio oficial". —Hace comillas con sus dedos.

Jos regresa su mirada hacia Freddy ya que el menor se dio cuenta que lo observaba.

—¿Qué hicieron ayer en tú casa? —Pregunta el castaño.

—Hm. Ver películas, Alonso se quedó dormido, yo igual y despertamos cuando mi mamá llegó. —Miente.

Jos sintió como alguien se colocaba detrás de él, este volteó al instante, era Alan.

—¿Qué quieres? —Regresa su mirada a su comida.

—¿Por qué nos miras a mí y a mí novio?

—Eso no te importa.

—Claro que me importa. —Lo toma del brazo.

Freddy solamente soltó un "Tsss" y Bryan cubrió su boca con sus manos.

La última vez que alguien había intentado agredir a Jos, nada había salido bien. Jos terminó destrozando al pobre chico.

Jos miró la mano de Alan y luego lo vio a los ojos.

—¡Alan déjalo! —Se coloca frente a el mayor— No busques pelea con él.

—¡Tú deja de defenderlo! —Lo aleja con un movimiento brusco.

Jos se puso rápidamente de pie, sintió su sangre hervir al ver al menor en el suelo, con la mejillas rojas y lágrimas que corrían por estas.

—¿¡Qué te pasa Navarro!? Es tú novio, no debes tratarlo así.

—A ti no te importa como lo trate.

—Claro que me importa, Alonso es mi amigo y no me gusta verlo mal por un idiota como tú.

Alan intentó propinarle un golpe en la mejilla a Jos pero no lo logró, Jos sostuvo su mano y negó con la cabeza antes de darle un golpe a Navarro en el rostro.

—Nunca vuelvas a intentarlo o me encargaré que no salgas vivo.

Tomó su mochila y se acercó hacia donde se encontraba el menor.

—Tú vienes conmigo.

—Vas con él y terminamos, idiota.

Alonso miró a Jos, luego a Alan y podía notar como a este le salía sangre de la nariz. Entró en pánico, no sabía que hacer.

—Alon, vamos, no tienes porqué estarlo soportando si no quieres.

El labio inferior del menor empezó a temblar, sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas, solamente cubrió su rostro con sus pequeñas manos.

—Alonsito. —Dice tiernamente— No llores pequeño, sabes que no me gusta verte llorar. —Lo abraza y lo levanta del suelo— No llores pequeño, haremos lo que tú quieras, podemos ir por un helado si gustas o simplemente ver películas. —Se empiezan a alejar lentamente de ahí.

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