|Epílogo|

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Ya habían pasado dos año desde todo lo sucedido. Alonso se encontraba mejor que nunca, más vivo que nunca. Ese día igualmente se cumplía un año de que habían adoptado a Charlie.

Era un niño muy risueño, extrovertido, muy suelto al hablar, ojos color verde, pelo castaño liso y dos característicos hoyuelos que se formaban cada vez que sonreía y por lo que les había contado la señora del orfanato es que Charlie era muy protector, cuidaba mucho de todos y eso era algo que ellos buscaban, no habían dudado en sí adoptarlo o no.

En definitiva su vida iba mejorando cada vez un poco más, sí, no mentiré, tenían sus peleas y problemas como toda pareja normal tiene.

Jos tenía un gran trabajo con el cual ganaba lo suficiente y necesario para mantenerse, Alonso por su parte quería trabajar pero Jos no lo dejaba decía que prefería que pasara tiempo con los niños ha que pasara tiempo en una oficina, cocina o lo que sea que tenía pensado trabajar solo quería que él estuviera bien después de todo Jos no quería poner en riesgo a Alonso, esa era una de sus razones por las cuales peleaban más, Alonso terminaba aceptandolo con enojo, en verdad quería ayudar a Jos con la familia no quería ser una carga.

Desde que adoptaron al bebé todas sus ganas de follar habían desaparecido, Jos le decía a Alonso que era muy ruidoso y que tal vez despertaria al bebé, por otro lado, Jos siempre llegaba cansado del trabajo por lo tanto solo quería descansar.

El día que habían adoptado a Charlie fue un caos total, tenían que irlo a recoger a las 4:00 p.m. y Jos llegó tarde del trabajo ya que ocurrieron unos inconvenientes. Alonso estaba desesperado, les dirían que serían unos padres irresponsables y él no quería eso, no dejaba de mal decir en todo el camino el trabajo de Jos por lo que este solamente reía.

El día que llegarían a supervisar como iba su trabajo como padres había llegado, por lo que Alonso estaba de un lado para otro.

—¡Charlie! ¿¡Ya estás listo!?

—Ya, tranquilo papá, todo saldrá bien.

—Eso espero.

—¿Y si mejor me haces comida?

Alonso ríe mientras niega.

—Nope.

—Ush, odio que tengan que venir a ver si son "buenos padres", ¡lo son! No necesitan la opinión de toda esa bola de basura.

—¡Charlie! Tienes prohibido ver series con tu padre. —Suspira— Hablaré con él luego.

—¿Qué hablaras conmigo?

—Charlie ve contigo la televisión, ¿no?

Jos dirigió su mirada hacia este.

—Se supone que no le dirías, era una promesa. —Hace un puchero.

—Ya sabes como es. —Dijo entre dientes.

Jos ríe ante las palabras de este mientras Alonso se retira de ahí un tanto enojado.

—Se enojoooooo. —Ríe— Oh no, ¿Ahora quién nos hará la comida?

—¡Ustedes mismos! —Grita desde la cocina.

Ambos ríen.

—¡Papá! Es que José no sabe cocinar, su comida es asquerosa, me gusta más como cocinas tú.

—Dime 'papá' o 'padre', no me llames por mí nombre.

—Jos, yo te diré padre cuando lo sienta.

—Auch, tengo sentimientos, ¿Sabes?

—Yo, yo lo siento. S-sabes que te amo papá. —Lo envuelve en un cálido abrazo— Ignorame, yo en serio te amo.

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