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A la mañana siguiente...

Alonso se encontraba caminando por los pasillos de su escuela, era hora del almuerzo, no había visto a Jos en todo el día así que supuso que estaría con Bryan y Freddy como todo los días. Al entrar a la cafetería no notó al ojimiel ahí.

—Hola chicos. —Sonríe— ¿No saben donde está Jos?

—¿Quién te hizo ese chupeton? —Dijo sorprendido el castaño— ¿Fue Alan?

—¿Qué? No, no, nunca tuve relaciones con Alan.

—¿Entonces? El era tu novio.

—P-pero no tuvimos relaciones, nunca.

—¿Quién te lo hizo?

El menor agachó la cabeza avergonzado.

—Eso no importa, ¿por qué Jos no está aquí?

—Dijo que no quería, no sé porqué, pero no se donde está. —Hace una pausa— Espera, Jos te gusta.

—Solo somos amigos.

—Como digas. —Suspira— Está en las canchas de fútbol viejas.

El menor toma su mochila y se dirige a las canchas de fútbol viejas. Pudo notar como un chico se encontraba acostado en el césped, no lo pensó dos veces, y caminó hacía él.

—¿Qué haces aquí?

—Y-yo solo quería hablar contigo.

—No tenemos nada de qué hablar.

—Vamos Jos. —Hace un puchero— Necesito hablar contigo.

—Está bien. Te escucho. —Sigue recostado en el pasto pero esta vez con los ojos cerrados.

—Ayer estaba borracho pero estaba consciente de todo.

El mayor abrió de golpe los ojos y se sentó.

—¿Cómo? ¿Recuerdas todo? —Traga saliva.

—Sí. —Suspira— Jos, en serio, lo siento. Créeme que fui un completo estúpido al no darme cuenta de todo desde un principio.

—Alonso...

—Déjame terminar. —Lo interrumpe— Todas esas palabras fueron indirectas, ¿no? Todo el cariño también formó parte de esas indirectas, ¿no?

—No entiendo porqué dice que son “indirectas”. —Hace comillas con sus dedos— ¡Dios Alonso! Hasta follamos y todavía dices que son indirectas.

—Es que, no, yo no. —Su labio inferior empezó a temblar— Mejor me voy.

—Alonsito, no llores. —Lo abraza— Estás llorando por mí culpa, no, no llores por favor no quiero verte así por mí culpa.

—Todo es tan confuso Jos. —Esconde su rostro en el pecho del mayor— No, tú no me quieres, nadie nunca lo hará.

—No digas eso, yo no te quiero. —Hace un pausa— Yo te amo. Yo ya lo hago Alonso.

—No Jos, nadie lo hace ni lo hará.

—Yo ya lo hago. —Repitió.

—¿Por qué? ¿Por lástima? —Solloza— Nunca nadie me amara Jos, ni tú.

El menor sale corriendo de ahí, Jos lo sigue.

—¡Alonso detente!

Alonso ignoró el llamado del menor y siguió corriendo, paró, cuando dos grandes manos lo detuvieron. Freddy lo había detenido.

—¡Sueltame idiota! —Da patadas y se mueve intentando soltarse del agarre de este.

—¡Alonso! ¿Qué te pasa?

—Nadie puede amarme, nadie Bryan.

El mayor llegó hasta ellos.

—¿Qué le hiciste idiota?

—N-nada. —Suspira— Se dio cuenta de que yo le daba “indirectas”, para que supiera que lo quiero y empezó a decir que nadie lo quería.

Alonso abrió los ojos y pudo ver a un chico alto, castaño, con ojos verdes. Freddy lo soltó al notar que ya se había calmado un poco. Este corrió hacía Jos.

—Jossy. —Lo abraza con fuerza y esconde su rosto en el pecho del mayor— Dile que no me moleste, dile que no me lastime, no de nuevo.

—¿De qué hablas?

—Él, él es el chico del que te hablé la vez pasada.

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