En el cuerpo de un Gemelier

Capitulo 1: Probemos a ver

(Narrador: John)

Acababa de terminar el concierto de el dúo ese de gemelos que tanto le gustaba a mi hermana, mi madre acababa de venir a por nosotros, pero a mi me apetecía dar una vuelta por ahí, por eso me quedé cerca de la puerta principal del estadio.

Entré por un callejón que llevaba hacia un bar y de pronto una puerta metálica que parecía ser la del estadio se abrió y choqué contra alguien que estaba saliendo.

John: ¡Mira por donde vas!

¿?: ¡No grites!

Levanté la mirada hacia el chico con el que había chocado y me dí cuenta de que era uno de los idolos de mi hermana

John: Ah, genial, un gemelier, anda, vete que me molestas Daniel

Jesús: No soy Dani, soy Jesús y no me pienso ir por que un gilipollas me lo diga

John: No me importa quien de los dos eres, mi hermana esta loca por vosotros y me tiene bien arto

Jesús: Bueno, supongo que es mejor que sea fan nuestra a yo que se, que fume o beba ¿no?

John: Casi que prefiero que fume y beba a que os escuche, vuestra música hace a las adolescentes.. como decirlo... bueno, las atonta

Jesús: No insultes a mis fans

John: Bueno, lo que quieras, deja ya de molestarme, me voy

Jesús: ¿A donde?

John: ¿Te importa?

Jesús: Pues.. te va a sonar raro pero me acabo de pelear con mi hermano y me apetece dar una vuelta con alguien, y como no tengo amigos por aquí..

John; ¿Tu me has entendido cuando he dicho que no te aguanto no?

Jesús: Si, pero.. hagamos un trato, si me dejas ir contigo te doy algo firmado para tu hermana, acabas ganando tu, consigues quedar genial con tu hermana y ami no me cuesta nada hacer una firma

John: Prefiero que me atropellen 10 veces a estar contigo un solo minuto

Jesús: Eso es por que no me conoces

John: ¿De verdad eres tan penoso de irte con cualquier persona que te encuentres por la calle?

Jesús: Pues... no se..

John: Lo que yo digo, penoso

Comencé a andar hacia el bar ese, el gemelier ese me comenzó a seguir, parecía un perro faldero

John: ¿Que haces?

Jesús: Andar

John: ¿Puedes dejar de seguirme?

Jesús: No te estoy siguiendo, solo ando