Pergaminos, clases, mareos, risas.... Y de nuevo era sábado. Aunque no un sábado cualquiera. El sábado del segundo partido de la temporada, Gryffindor contra Ravenclaw.
Y James se había recuperado ya hacía unos días de la conmoción "causada por una caída", y se encontraba listo para jugar como guardián, hecho por el que toda su casa daba las gracias a Merlín.El cielo del gran comedor reflejaba las nubes que se arremolinaban y dejaban caer una suave pero fría llovizna fuera,la cual, aunque no era perfecta para jugar al quidditch, tampoco molestaba mucho. A no ser, que fueras a estar en las gradas y no tuvieras paraguas.
Aunque a Albus no le apetecía asistir al partido (Son seis personas pasándose un balón, dos compitiendo por atrapar otro, cuatro golpeando rocas y dos parando goles,¿para qué iba a querer ver eso?), ante la insistencia de sus amigos decidió que después de desayunar, se sentarían juntos en las gradas, y apoyarían todos a Gryffindor.
No era tanto que de verdad le apeteciera estar con sus amigos, ( no le importaba quedarse la mañana estudiando el examen de transformaciones que iba a suspender), como que el plan de Scorpius le pareciera bueno. Llevaban toda la semana haciendo lo que Kiara quería, e intentando no molestarla o desilusionarla, para que ella estuviera de buen humor, y por lo tanto les contara lo sucedido la tarde noche de hacía una semana.Era extraño, aunque conocía a la niña desde hacía apenas dos semanas, sentía que la conocía desde hacía meses.
Se acordaba de lo indiferente que era cuando le comunicaron que una nueva alumna asistiría a su curso, es decir,¿por qué iba a importarle?, probablemente, como le comunicó a Scorpius en su momento, la chica nueva no haría más que compararle con su padre, y eso sólo si acababa por hablar con él.
Sin embargo, cuando a la mañana siguiente la vio sentada en el Gran Comedor varios minutos antes del comienzo de las clases, se dio cuenta de que esa chica de cabello castaño ondulado y ojos verdes no parecía saber nada de su padre, y además de eso, de que al igual que él y Scorpius, iba a tener muchos problemas para hacer amigos.¿Por qué? Pues porque como demostró al gritar su descontento con el zumo, no parecía una de esas personas que calla lo que piensa o sigue el comportamiento del resto solo por encajar, sino que daba toda la impresión de ser una de esas raras personas con carácter y personalidad propios, que no se esfuerza por destacar siendo como los demás sino por ser diferente.Sus pensamientos se estaban desviando del partido, y del percance de la semana pasada, y en cuanto se dio cuenta de ello rectificó el hilo de estos.
Tan solo hicieron falta dos minutos para que Gryffindor le sacara una ventaja de 30 puntos a Ravenclaw, según se decía, el portero de estos había entrado nuevo en el equipo, y viendo cómo jugaba no era difícil aceptar este hecho.
Era el primer partido real que Kiara veía, es decir, había jugado al quidditch en las clases, pero siempre con equipos reducidos y sin Bludgers, golpeadores, buscadores o snitch.
Le pareció indudablemente fascinante, y se prometió, que en cuanto tuviera edad suficiente y hubiera una vacante en el equipo, se presentaría a las pruebas.—Fred se la pasa a Sophie..... Sophie se desmarca.... Tira.... Y...¡Casi! Pero no pasa nada porque Gryffindor recupera el balón, ¡buen pase Fred! Salen del área para....¡Oye eso debería haber sido falta!... Pero no, el partido continúa a pesar de la obvia falta que deberían haberle pitado al golpeador de Ravenclaw por lanzar esa Bludger intencionadamente....
—¡Te lo he advertido una vez y no lo volveré a decir..!
—Perdón directora...
Toda la grada de Gryffindor había gritado su descontento, de acuerdo a lo que decía el comentarista.
—Ah....Scorpius...Han dicho que era falta....¿Por qué no lo han pitado?— susurró Kiara al oído del rubio.
—En quidditch hay 700 formas distintas de hacer falta, aquí solo pitamos las más graves o conocidas. Sin embargo tenía razón, lanzar una bludger intencionada no es muy diplomático que se pueda decir.
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Semidiosa.... Black.... ¿Algo más que quieras añadir?
FanfictionKiara es una niña de once años como cualquier otra... Vale, tal vez no como cualquier otra. Desde que tenía 5 años ha sabido que es una semidiosa, y ha contado con la ayuda de dos dioses en particular desde entonces. En la otra mano, en julio, l...