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— ¡Lucy, anda abrir la puerta por la chucha!— Gritó mi mamá desde su dormitorio— Pa' eso te hací la weona.

— ¡Ya voy oh!— timbre culiao, quién lo toca tanto.

Manerita de despertar... salí toda bella, hermosa, así como la Shakira... nah, sali con mi peor cara de floja.
Miré por la ventana y casi me arranco por el patio del vecino si no tuviera perro. Antes de que tocara el timbre otra vez y me llegara la chancla, abrí la puerta y me saludó para instalarse en el sillón.

¡Como chucha se le ocurre a Natsu venir a las 10 de la mañana un día sábado!
Y yo aquí con mis pantuflas de conejo, mi pijama de Hello Kitty y el pelo pal pico.

Menos mal no uso maquillaje, si de todos modos, ni con eso me quito la cara de culo que tengo.

Me esperó un poco.
De hecho ya conocía mi super pijama así que cambiarlo no haría nada. Me lavé los dientes y me quité las lagañas.  ¿Mínimo no?

— Sorry, me toca pega hoy en la tarde— sacó un cuaderno, le faltaban muchas hojas para ser de 100— Dale, que debo estudiar.

No.
Que ni intente hacerse el protagonista bonito que estudia en tu casa.
¡Deja de leer historias cliché!- Pensé.

...
...

Es inútil, este saco wea tiene piedras en la cabeza. No entiende nada.

Bucha, no cacho nada— se rió.

— El pelón explica peor, créeme— rodé los ojos mientras busqué su confiable jugo zuko en el refrigerador.

— Igual me salvo, creo— Hizo sonar los huesos de sus dedos— ¿Oye, como andas en química?

— Lo suficiente para decir "mami no tengo promedio rojo"— Le pasé el jugo mientras él cerró su cuaderno.

— A wena...— Tomó un poco y dejó el vaso— ¿Y en qué erí buena?

— En hacer las weas mal— dejé las pantuflas en el suelo y me senté a lo No-Señorita.

¿Qué? Adoraba sentarme a lo indio en una silla.

— Hola tía— Dijo Natsu saludando a mi mamá que pasó casual. Si, casual. Terrible sapa.

Hola mijito— Le saludó— ¿Quieren comer churrasco?

Yiaaaa... y cuando estamos las dos solas comemos pan con aire, con suerte hay manjar Colún y sus flan Soprole. No se la cree ni ella.

— Uhhh ya— Frotó sus manos cagao de hambre.

— Tshh ya era hora que hicieras algo rico—resoplé. Mi mamá me miró con cara de querer agarrar la chancla.

Voh' quedate calladita— Reclamó— Mira que tenías la cagá en la pieza.

Gracias mamá.
Justo cuando hay un compañero te luces. Comimos bien, igual estaban ricos y mientras mi mamá quedó lavando loza fui a dejar a Natsu a la puerta.

— Oye, igual gracias, eri mala profe eso si— Se largó a reír mientras le empujé para que se fuera— Ya, chao, quitate el pijama floja.

— Callate, agradece que te enseñé— le grité mientras se seguía burlando.

Cuando entré mi mamá me arrojó un paño a la cara.

—Seca la loza mejor será— dijo antes de ponerse ver Pasión de Gavilanes... por décima vez...

Sorry, soy una chica YetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora