-No puedo comprender porqué no puedo soltar mi ira...-susurró Azórah tumbada en la cama observando sus manos-Es como si esa promesa lo encerrase todo, hasta lo que siento, sin poder exteriorizarlo, me asusta...-siguió diciendo como si estuviese a punto de perder la cordura-Es este sello, es la promesa y di mi palabra, la palabra de una diosa...-susurró.
Un escalofrío recorrió su nuca y volvió a sentir aquello que sentía cada vez que se le nublaba la vista y caía inconsciente, aquellas malditas visiones difusas, pero esta vez aquella era diferente, pudo ver la misma imagen de dos personas, una mataba a otra con una especie de sable, pero ésta ya no tenía forma de hombre sino de mujer, una mujer extrañamente familiar pero que no logró ver ni distinguir entre las luces. Sin embargo estaba en un lugar cálido a pesar de no ser un ser corpóreo en su visión podía sentir cómo el calor había llegado hasta su piel, quizás era el volcán, lo más profundo de éste o quizás era la tierra de Soradia en la que todavía no había estado.
Azórah escuchó un grito, un nombre que hacía horas había conocido, el nombre del dios Ayax y unas voces consumidas por el dolor, además, podía oírse también la lava al fondo ensordeciendo la escena.
La joven recuperó pronto el sentido a pesar de que esta vez la visión había sido mucho más potente y nítida, lo que le había agotado por completo y con la respiración agitada observó el libro y buscó el nombre de Soradia que pronto apareció cerca de la mitad del tomo.
-El cuarto escritor...-susurró al ver que el libro había cambiado de idioma y de caligrafía-Sobre Soradia, la tierra maldita de los Tres Reinos del Mar. ¿Qué significa todo eso?-se preguntó mientras trataba de controlar su respiración-Soradia es la tierra del fuego y de la lava, allí vivía poca gente y un hombre llamado Axel fue escogido para ser el guardián del fuego y cuidar la región de Soradia en la ausencia del dios Astherion.
>> Soradia es una tierra maldita pues allí no crece nada así que todos los alimentos provenían de la región de Circes. Además existía la leyenda de que el ejército de fuego oculto en las profundidades de la lava era sólo la ira de Astherion esperando a acabar con todo a la menor oportunidad y desobediencia de los habitantes, al ser Soradia la región más próxima a la lava mucha gente pensaba que si Astherion se enfurecía no podrían huir y que Damaris y Circes podrían salvarse de su holocausto a tiempo.
Se decía también que a Soradia iban a vivir los hombres más viles de los Tres Reinos por ser el territorio con el ejército de fuego.
Azórah dejó de leer por un momento y sintió que le fallaba la vista pues se le había nublado del cansancio que seguía experimentando.
-Bien, entonces...-dijo para sí-Hay tres dioses y tres tierras, cada tierra esconde algo; Circes tiene a las bestias, Soradia al ejército de fuego, pero ¿qué hay en Damaris? Será quizás... No, no podría ser sólo eso...-dijo titubeando mientras pensaba en la piedra de Circes.
De pronto Azórah recordó una canción que Maeria le solía cantar de joven, aquel recuerdo encerrado aumentó la certeza de Azórah.
-Tres tesoros guarda cada reino, pero ninguno puedes tener. Si quieres luchar o salvar el tiempo, a las bestias... Has de vencer...-cantó mientras todo cobraba sentido en su mente.
La joven chica buscó desesperadamente una pluma en su habitación y un trozo de papel para escribir la letra, se situó enfrente al mapa de la Antigua Kadya y rezó para que aquello no fuese tan sólo una idea absurda y fuese algo más real.
Comenzó a escribir la letra de la canción estrofa por estrofa, sabiendo que todo aquello le daría más pistas acerca de la isla Magna, fue por eso que sin dejar de observar el mapa escribió:Eres joven y desconoces,
de Astherion el poder,
tres pecados capitales
no has de cometer.Si en la isla Magna vives
rodeada de mar y lava
nunca olvides, no, nunca olvides
a quien le debes tu lealtad.Tres tesoros guarda cada reino,
pero ninguno puedes tener,
si quieres luchar o salvar el tiempo
a las bestias has de vencer.Eres joven y desconoces
que tres dioses se pelearon por ti,
porque eras hermosa, Kadya,
pero no te quisieron hacer feliz.
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KADYA'S SACRIFICE
FantasyAzórah y Hároded son dos chicos de Kadya que están a punto de conocer la terrible verdad que se esconde tras su pasado y el de su mundo, sin embargo los Trece Maestros tratarán de impedirlo con el fin de conservar su poder y sus vidas.