Blind

Capítulo 16

Anto salió de la sala con ojos llorosos. Se acercó a sus amigos, que esperaban en el pasillo a que él les diera noticias.

-Anto, ¿qué pasa?-Amil se levantó para abrazar a su amigo.

-No quiero hablar del tema..

-¿Qué ha pasado?

-Seguramente no sobrevivan.

Anto se llevó las manos a la cabeza y comenzó a llorar.

-Los médicos están con ella-suspiró-. Está destrozada.

-Normal que esté destrozada. Perder uno y que le digan eso...

-Es que solo a Anto se le ocurre hacer un hattrick en su debut-murmuró Saúl, ganándose una colleja por parte de su novia-¡Eh! ¡No he dicho nada malo! Solo que uno de los goles era fuera de juego...

-Ya, claro.

Anto esbozó una sonrisa.

-¿Puedo entrar a verla?-preguntó Amil cuando vio salir a los médicos

-Iba a entrar yo, pero supongo que le apetecerá verte.

Amil se encaminó a la habitación, su amiga la recibió con una sonrisa forzada.

-Hey, no llores-Amil la abrazó-. Aún te quedan dos Antos de mofletes regordetes que en nueve meses correteará por la alfombra... Además del Anto grande, claro.

-No creen que salgan adelante- suspiró Noa-. Es muy difícil que sobreviva si el otro se ha ido.

-Tranquila, ¿vale? Si te pones nerviosa será peor. ¿No hay nada que puedas hacer que te relaje?

-Leer, supongo. Pero no tengo ningún libro aquí.

-Dame un minuto.

Amil salió de la habitación y volvió un rato más tarde con una sonrisa en la boca.

-Bien, y ahora cotillearemos hasta que puedas leer. Siéntate y relájate.

Noa obedeció, temiendo por sus bebés.

(...)

Luna entró en la habitación con una sonrisa.

-Anto vendrá en un rato-avisó-. Cuando llegue él, nos iremos nosotras. Ha ido con los chicos a por unas cosas.

Noa asintió y se acomodó en la cama para sentarse.

–¿Os cuento una cosa?–preguntó Luna sonriendo como una adolescente enamorada

–Voy a adivinarlo–sonrió Amil–, tiene que ver con Saúl.

–Me ha pedido que después de que nazca el bebé me case con él.

Noa abrió los ojos como platos y sonrió para felicitar a su amiga.

–Es mi hermano, Luna. Como le hgas daño, te mato–rió Amil–. Aunque debería de advertirle a él...

Luna rió y abrazó a su amiga.

–¿Vais a celebrarlo esta noche?–preguntó Amil riendo

–Eso se verá–sonrió Luna levantando las cejas

Noa soltó una carcajada. Luna se sentó a los pies de la cama y acarició su abultado vientre involuntariamente, se había convertido en un acto normal para ella cada vez que notaba que el bebé se movía.

–¿Estás más relajada?–preguntó Amil mirando a Noa

–Un poco–sonrió ella–. Pero echo de menos a Anto.