Capítulo 10

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Isa observó como Koke caminaba de un lugar a otro de la habitación.

–Koke, cariño, ¿podrías estarte quieto?

–No. Estoy preocupado.

–¿Por qué?

–Me ha llamado Carrasco. Dejaron a Anto solo con Noa.

–¿Y? Son mayorcitos. Y no están juntos.

–Por ahora. Estoy preocupado porque Anto puede acabar con heridas graves como Cris les pille haciendo algo inadecuado.

–Ya–rió Isa–. Anda ven aquí.

               (...2 meses después...)

Caro caminó por la calle, apurando el paso. Eden la seguía muy de cerca. Ambos se dirigían al hospital donde tendría lugar la operación de Noa. Querían estar allí antes de que ella llegara con Anto, que había pedido el día libre al igual que todos los chicos.

–Caro, espera.

Caro giró la cabeza para ver a su novio, que caminaba con el ramo de flores bajo el brazo.

–Vamos. Tenemos prisa.

–Faltan dos horas para la operación, hay que estar allí ya.

Eden suspiró y la abrazó, para después besar su mejilla.

–Va a estar bien.

–Eso espero, cariño. Se merece estar bien por fin. El lado positivo es que Anto está con ella. Va a estar a su lado.

–Lo de Anto es increíble. Está decidido a pasar el resto de su vida con ella–bromeó Eden–. En el entrenamiento no para de hablar de sus fines de semana y descansos con ella. Aunque no tiene pensado decirle que es futbolista. Y mucho menos que le ha pagado la operación.

–Lo acabará sabiendo.

Eden asintió y pasó su brazo tras la cintura de la chica. Juntos siguieron caminando.

                                (...)

Cris tiró de Carrasco.

–Vamos cariño. Tenemos que llegar allí antes que ella.

–¿De qué sirve ir tan temprano si no va a ver nada?

Cris le dio un codazo

–Tenemos que ir. Es importante.

–Ya lo sé, solo bromeaba.

Yannick entrelazó sus dedos con los de Cris y besó cada uno de sus nudillos.

–¿No estás demasiado cariñoso?

Yannick sonrió y acarició la mano de Cris.

–Nunca soy demasiado cariñoso. Tú te lo mereces todo y más.

                                (...)

–Luna...–Saúl llamó a la chica, que caminaba delante suya con paso decidido

–Dime cariño–paró y le miró mientras se llevaba la mano al vientre.

–¿No crees que vas muy rápido? Se supone que el futbolista soy yo y me sacas casi tres metros de ventaja.

–Es que eres un vago.

Luna se puso de puntillas y besó la nariz del chico.

–No me vengas ahora con mimos–rió él antes de acariciar la incipiente barriga de la chica

BlindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora