Blind

Capítulo 17

Amil subió las escaleras de la entrada para entrar en el hospital.
Lucas había viajado, junto con los demás del equipo, para jugar el partido de Champions.
Luna ya estaba en la habitación, esperando la llegada de Amil, que siempre solía retrasarse.

–Ya estoy aquí–sonrió Amil abriendo la puerta de la habitación

–¿Has traído todo?

–Antoine lo dejó encima del mueble de la entrada con un cartel gigante que ponía llévale esto a Noa.

Luna sonrió.

–Ya para casa, ¿eh?

Noa sonrió sin apartar la vista de la ventana.

–¿Siguen allí Isabelle y Alain?

–Sí. Théo se fue ayer, pero ellos se quedan hasta que Anto vuelva. Quieren asegurarse de que tanto su nuera como sus futuros nietos están bien.

–Tengo que hacer reposo absoluto–suspiró Noa mientras cogía ropa para cambiarse–, pero Anto tenía razón. Estos dos son tan cabezotas como su padre. Lo que nos espera.

Amil soltó una risita.

–Y por cuerto–Noa la miró–. No soy su nuera, ni ellos mis suegros.

–Son los padres de tu novio–la completó Amil, que había oído esa frase diez veces esa semana–. Pero te digo yo que pronto serán tus suegros.

Noa rodó los ojos y se cambió rápidamente.

–Pues vámonos.

                               (...)

Antoine encendió el portátil tras el partido. Llamó a Noa por Skype.

–¡Ese es nuestro campeón!–sonrió ella al contestarle–¡Tres golitos!

–Y los tres para ellos –sonrió Anto–, y para ti.

–Ya lo sé, cariño. ¿Quieres hablar con tus padres? Están abajo.

–Les llamé antes del partido. Ahora es mi momento para hablar contigo. Llegaremos a casa sobre las tres o así.

–Te esperaré despierta

–No hace falta, intentaré hacer el menos ruido posible para no despertarte.

–Te prometo que estaré despierta.

–Bueno, vale. Luego el cabezón soy yo. Espero que estés haciendo reposo.

–Sí, papá...

–Oh vamos. Solo me preocupo por vosotros.

Noa sonrió

–Anda, vete. Que te estarán esperando.

–Te quiero, cariño.

–Y yo a ti, cabezón.

Noa apagó el portátil y suspiró. Cogió la foto de Anto de bebé que le había dado Isabelle y la observó.