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Narra Li.

Sintiéndome feliz y liberado, luego de haber enfrentado al mayor de mis demonios, el chico que manipuló mi corazón por mucho tiempo, sé que me encuentro de camino a una sorpresa.

Matsu estará esperándome, estoy ansioso por verlo. Hemos decidido decorar su departamento para la navidad que se acerca, ya que el pequeño está solo en este país, me tiene a mí claro, le ofreceré pasar navidad en mi departamento con mi madre.

A los pocos minutos llego al edificio y subo las escaleras, toco la puerta de Matsu a lo que rápidamente el contesta:

—¿Quién es?

—Li .-elevo mi voz-. He llegado.

La puerta se abre y no veo al chico más pequeño en estatura, doy un paso y ya estoy dentro. La puerta se cierra detrás de mí.

Escucho mi nombre a mis espaldas y me giro para encarar al contrario.

De pie, con las manos moviéndose nerviosamente, un Matsu solo en ropa interior me recibe.

Sus delgadas y definidas piernas son más pálidas que el resto de su cuerpo, está bastante flaco ya que sus costillas se marcan también, los pezones de un color claro no resaltan del resto de sus rosáceas articulaciones.

Está mirando al suelo y de vez en cuando me mira a los ojos.

—¿M-Matsu esta es...? .-apenas puedo hablar al notar lo seca que se encuentra mi garganta.

—S-Sorpresa...

Mis impulsos dominantes lo acorralaron contra la puerta, coloqué sus manos sobre su cabeza. Mi rodilla se coló por entre sus piernas y ambos soltamos un jadeo...

—Ah...-gimió-. Más despacio...-me miró suplicante.

Uní sus labios con los míos, de una manera lenta y dolorosa, él mordía de vez en cuando y sus uñas se aferraban a mi espalda. Entre abrí mis ojos para ver sus mejillas sonrojadas, sonreí en medio del beso y Matsu se separó de mí.

—¿Qué pasa? .-angustiado, preguntó.

Le miré con ternura, lo abracé atrayéndolo hacia mi cuerpo y en su oído susurré.

—Eres hermoso, tan hermoso que siento que si te toco demasiado...vas a desaparecer.

Acariciando mi rostro, algo en la mirada de Matsu cambió.

—Yo estoy aquí, ahora .-sentenció.

Caminamos torpemente a su habitación, entre besos y palabras suaves.

La piel del pequeño contrastaba con las oscuras sábanas, el roce de estas cosquilleaba mis rodillas, anhelando más cercanía...Matsu debajo de mí arqueaba su espalda para rozar nuestros pechos. Eran demasiadas caricias, demasiada lascivia y a la vez sentimientos, la embriaguez que producía su voz en mi cabeza.

—Tocarme más...-pidió.

Llevé mis manos al borde de sus ajustados boxers, tiré de ellos para desprender a Matsu de todo vínculo con el mundo humano. Admiré su hombría, mucho más pequeña que la mía, y él sintió verguenza por lo que llevó sus manos a su entrepierna y la cubrió.

Se sentó sobre sus rodillas y me miró sonrojado, en ese momento no tenía ni idea de que había hecho mal para que él detuviera el acto.

—E-Es como el de un...-una lágrima se asomó por el rabillo de su ojo izquierdo-...niño.

Mi pecho se estrujó, mis latidos se aceleraron, yo no era virgen, lo había hecho antes, pero nunca de una manera tan adorable y pacífica, nunca sintiendome tan amado...

El japonés llevó sus manos a mi ropa y comenzó a desvestirme, lo consideré correcto y lo dejé continuar, sus pequeñas manos me provocaban escalofríos.

Al llegar a mis partes bajas sus manos temblaron, entendí que él quería dejarme en las mismas condiciones que yo a él. Lo ayudé retirando mi última prenda, su boca formó una "o" al ver mi erección, acto seguido miró la suya e hizo un mohín con molestia.

—¿Por qué? .-chilló a lo que reí.

Volví a apoyarlo sobre la cama y lo besé con todos mis sentimientos de por medio.

—Eres lo mejor que me ha pasado .-sonreí.

Me deslicé para llegar a la altura de su pene, lo tomé entre mis manos, miré hacia Matsu, quien se había apoyado en sus codos para verme actuar, metí la punta de su longitud en mi boca y la acaricié con mi lengua.

—L-Li...

Succioné dos o tres veces, subiendo y bajando, entraba perfectamente en mi boca. Se sentía bien saber que podía satisfacerlo solo con eso, conocer los efectos que provocaba Li en Matsu.

Tanta cofianza me había sido entregada.

Con mi mano libre acaricié sus testículos y sentí su cuerpo estremecerse. Lo masturbé mientras daba pequeños lengüetazos en la cabeza de su pene.

—N-no .-intentó separarme-. L-Li voy a...

No completó su frase antes de correrse en mi cara.

Maldición, odio eso.

Pero, ¿Qué culpa tenía él?

—L-lo siento .-jadeó con la cabeza arqueada hacia atrás. Me limpié con las sábanas y me acerqué nuevamente a él, tan hermoso, delicado...

Una vez a su altura, besé su mejilla y me recosté a su lado.

—Te amo .-confesé a un dormido Matsu, agotado por el previo orgasmo.

Jamas llegó a escuchar mis palabras.

...

Jamás creyó que lo conseguiría. Era un fugitivo, un guardián de la muerte, a él lo seguía la desgracia.

A él y a los que a su lado caminaban.

「... 」

"Él se está enamorando, él sabe que es suficiente."


No me quiere salir el lemon.
Pero es que Matsu es una puta asesina, tenía que quedar claro xD
Ya, ya. Hasta el siguiente capítulo.

Los ama, N.

Foto de Matsu.

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