Butterfly

22

Su cuerpo estaba helado, su ropa teñida de sangre y sus manos con olor a carencia de vida.

Li lo abrazó, y lloró hasta quedar débil en el suelo, su cabeza latía tras el llanto, y el pequeño se acurrucó junto al más alto.

-Li .-llamó-. ¡Li!

El castaño reaccionó en medio de su trance, y lo besó. Estaba ansioso, sus manos temblaban mientras desvestía a Matsu.

La pálida piel del contrario estaba llena de cicatrices y Li repartió besos en cada una de ellas, Matsu abrazó a su novio.

-¿Por qué no habla? .-preguntó el pelinegro.

Li volvió a llorar cuando escuchó su voz.

Matsu se puso ansioso, no quería ver a su amado llorar, creyó que lo estaba lastimando y se separó de él.

Caminó al baño y llenó la tina con agua tibia, luego llamó a Li y le pidió que se bañasen juntos.

Entonces ambos se desprendieron de sus prendas, pero Li no entendía la razón realmente, estaba perdido en pensamientos de culpa y le pidió a Matsu que lo matase.

-Si lo haces...-Li lloró-. No es nada nuevo ¿cierto?

Matsu frunció el seño y su mirada de prostituta cambió a una demente.

Y gritó.

-¡No! .-abrazó a Li, quien lo apartó-. Li...no me haga esto...

Li lloró más fuerte.

-Lo sé todo, Matsu, lo que le hiciste a Melia...-aclaró-. Sólo quiero saber de quién me he enamorado...

Matsu aruñó la piel de sus piernas, y a Li le dolió tener que tratarlo así, pero necesitaba saber.

El japonés salió de la tina y regreso con muchos papeles en sus manos, con cuidado de no mojarlos, se los entregó a Li.

Eso debió estar en el interior de la caja.

¿Quién era? Matsu Masumi, ex-paciente de una psicóloga clínica en Japón. Dos veces responsable de homicidio.
¿Por qué? Por la enfermedad que lo seguía a dónde sea que iba.
Trastorno de personalidad Múltiple.

Unas veces era Matsu Masumi, y otras veces era un individuo sin nombre que tenía un fetiche con las mariposas.

Era parecido a un fugitivo, pero contaba con la protección de una mujer que investigaba casos de personalidad múltiple, Mary Gonzales.

Li no sabía exactamente que hacer, así que miró a Matsu en busca de alguna palabra de ayuda.

-Yo estoy bien .-Matsu insistió-. No tener miedo, él ya no ser yo, ahora sano.

Li acarició la mejilla de Matsu, su pulgar rozó los dulces y sensuales labios del pelinegro.

Se preguntaba cuantas veces trató con Matsu y cuantas veces trató con un desconocido en su cuerpo.

¿Era Matsu quien cuidaba de Li para que su otro yo no lo lastimara?
¿Las cicatrices en su piel eran la prueba? Todas eran recientes...

-¿Ha sido difícil, verdad? .-preguntó Li y besó su mejilla.

-Nunca dejaré que te lastime...yo-

Y Li intentó hacer que Matsu reaccionara, pero en ese momento él ya no era el mismo.

「。。。」

"¿Te quedarías a mi lado?"