5. Invierno Complicado

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Entré en la habitación de Cindy para llevarle la comida.
En la bandeja había sopa, pan y agua.
— Aquí tienes tu comida— dije cerrando la puerta con el pie.
— Gracias— respondió ella comenzando a comer.
—¿ Que es lo que llevas en la espalda?— preguntó dejando de comer.
—Oh, ¿ Esto? Es una mini lanza— respondí saliendo de la habitación.
— Hola Tara, ¿ Donde vas?— pregunté.
— Hoy toca enseñarle Alexandria a Cindy— dijo con ganas.
— Vale, pero no le enseñes ni la armería ni los puntos débiles de Alexandria— respondí.
— Vale, oído —
Salí fuera de la enfermería y escuché gritos de mi hermano.
—¡ Está nevando!— repetía una y otra vez.
—¿ Te gusta?— pregunté entregándole una sonrisa.
— Si, es una pena que mamá, Nicki y ni Alice puedan disfrutarlo— dijo bajando el tono.
— Lo sé, en realidad lo están disfrutando con tigo, porque las tienes en...—
—¡ Nathan ven a ver esto!— dijo Claris intereumpiendome.
Fui hacia el puesto de vigilancia y a lo lejos habían caminantes que se quedaban quietos.
—¿ Que les pasa?— pregunté extrañado.
—¿ Serán por la nieve?— preguntó ella.
De repente los caminantes comenzaron a caer al suelo.
— Trabajo hecho— dijo Rebecca, que estaba unos metros más al lado, cargando el arma.
Escuchamos gritos en la enfermería y fuimos a ver qué pasaba.
—¡ Que pasa!— gritó Rebecca.
— Me está costando mantenerle con vida— dijo Marta refiriéndose a James.
— ¡ Decidle a Mason que traiga leña de pino! Me vendrá bien para sus heridas internas— añadió después.
               Mason
—Debemos darnos prisa— le dije a Aaron que estaba preparando las cosas para cortar la leña.
— Os acompañaré — dijo Cindy.
— No, quedate aquí, es peligroso— dijo Aaron.
— Va a ser más peligroso si no lleváis a alguien que os cubra— dijo Cindy tratando de convencernos.
—¿ Y como sabemos que no nos traicionarás y huirás?— preguntó Aaron inseguro.
— Pues porque me caéis bien y porque llevo más de un año buscando refugio— dijo convencida.
— Por mi puedes venir pero sube rápido al coche — respondí.
— Yo también voy— dijo Tara.
— Pues vamos— dijo Aaron.
Salimos de Alexandria a todo gas.
— Oh, ¡ me encanta esta canción!— dijo Aaron mientras la cantaba.
— Aaron... Aaron cuidado... ¡ Aaron!— advertía, pero ya nos encontrábamos en el centro de una horda de caminantes.
— Joder, ¿ por que no me habéis avisado?— dijo bromeando.
— Salgamos y subamonos al techo— propuse.
—¿ Estás loco? Hay como 100 caminantes ahí, además tardaríamos bastante en subir al techo porque este coche es alto— dijo Aaron.
— Aaron, yo estoy con Mason, van a romper el cristal, entonces no tendremos nada que hacer— dijo Cindy quitándose el cinturón.
— Lo mismo digo— dijo Tara.
— Vale preparar vuestras armas, a la de tres salimos... ¡ 3!— gritó Aaron.
Salimos todos y comenzamos a cargarnos caminantes.
— ¡Tara sube!— grité.
— Cubreme desde arriba— añadí.
— ¡ Entendido!— dijo subiéndose al techo.
— Cindy, haz lo mismo, sube y cubreme— escuché decir a Aaron desde el otro lado.
Cindy se subió al techo y comenzó a disparar.
Aaron y yo contamos hasta 3 y subimos al techo lo más rápido que pudimos.
—Bien,¿ahora que?— preguntó Tara.
— Disparemos, si tenemos suerte mataremos a una inmensa mayoría y los restantes los mataremos con armas de cuerpo a cuerpo— expliqué comenzando yo a hacerlo.
Al cabo de un rato empezaron a venir los problemas.
— Joder, ¡ Me he quedado sin balas!— gritó Cindy.
— Igual que yo— dijo Aaron.
— Hay más en el coche— dijo Tara.
—¿ Por que no las cogistes?— pregunté.
— De los nervios se me olvidó —
— Tara haz un agujero con las balas que te quedan — dijo Aaron.
— Así conseguiremos meter la mano y sacar la munición — explicó después.
Yo y Tara comenzamos a disparar hasta que abrimos un agujero lo suficientemente grande para meter la mano.
— Vamos Cindy, ya casi lo tienes— decía Tara para animarla
— Están rompiendo el cristal y no llego— dijo haciendo fuerza.
El techo comenzó a hundirse pero no lo notabamos hasta que finalmente se rompió haciendo caer a Cindy al interior del coche.
—¿ Estas bien?— preguntamos todos.
— Me he hecho un corte, pero estoy bien, aquí está la munición cogedla— dijo pasandonos la munición.
Los caminantes rompieron los cristales y algunos se colaron en el interior.
—¡ Quita bicho!— gritaba Cindy mientras creaba un enorme montón de caminantes muertos gracias a su cuchillo.
Al cabo de un rato acabamos con todos los que habían.
— Por fin— decía Tara respirando muy rápido.
— ¡ La leña!— gritó Cindy.
—¡ Es verdad!— grité acordandome.
— Menos mal que estás bien— dijo Tara sacando a Cindy del agujero.
Cindy se acercó a Tara y le besó en la boca.
— ¡ Eh! No sabía que te gustaban los salmonetes— bromeo Aaron.
—¡ Ya tengo la leña, vámonos!— dije montándome en el coche.
— Miralo por el lado bueno, ahora es descapotable— dijo Tara riéndose.
Llegamos a Alexandria y lo primero que hicimos fue entregarle la leña a Marta.
                      Yo
— Mia,¿ a donde vas?— preguntó Aaron.
— A seguir construyendo el muro— respondió ella metiendo los materiales en el coche.
— Iré con tigo— respondió el.
                   Harley
—Creo que deberíamos volver a Alexandria— propuse.
— Me parece buena idea— dijo Matt pegándole una patada a una piedra.
—¡ Para!—
Escuchamos un grito desde lejos.
Fuimos corriendo hasta la dirección de donde provenía el grito.
Corrí tan rápido que no me fijé que el camino acababa ahí mismo y me caí a un profundo río que había abajo, el agua estaba helada pero lo único que me importaba era volver junto a Matt.
—¡ Harley!— gritaba Matt bajando la cuesta para ayudarme.
Yo ya no podía aguantar más a flote, la corriente me llevaba muy rápido. Antes de desmayarme vi como alguien golpeaba a Matt, dejándolo inconsciente.
No se cuanto tiempo estuve desmayada, pero cuando desperté me encontraba en un sitio totalmente nuevo para mí.
— Está despertando— dijo una niña más o menos de la edad de Drew.
Un doctor vino con cara triste a hablarme pero empecé yo.
—¿ Vosotros golpeasteis a Matt?— pregunté bastante furiosa.
— No sabemos quién es, sólo hemos tenido contacto con tigo— dijo el doctor.
Comencé a llorar porque, si ellos no fueron los que golpearon a Matt, temía que fuese alguien del grupo de Megan.
— Verás, lo siento muchísimo,pero...—

Un Mundo Inesperado Vol. 2 Parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora