Off The Races | Trash | Temporada 1 y 2.

✨Behind those doors✨

Regrese a la habitación de hotel como Stephen me lo pidió, dijo que ahora terminaría mi trabajo como si nada hubiera pasado, cuando le dije que estaba de acuerdo, murmuro era de mi oído un "Buena chica" lo que me encanto pero al mismo tiempo me hizo sentir como un perro.

Esa noche no hicimos nada más que dormir como persona a normales, sin hacer nada más que soñar.

Me solían un poco las manos pues las sogas con las que nos amarraron estaban algo apretadas. Decidí no decirle nada a Stephen de como me sentía con eso, mejor espera hasta el día siguiente, donde le preguntaría lo que tenía que saber para estar con él, aún que sea como "empleada".

[...]

Desperté sola, coló siempre que dormía con Stephen. Camine hacia fuera de la habitación las llegar a la sala de estar donde me esperaba el mismo hombre con un traje gris con una camisa negra son corbata, botones desabrochados y una cadena de oro. Yo aún seguía en mi bata, me senté en la silla a su lado y le si un beso en la mejilla en forma de saludo.

-Hola, guapo- dije divertida mientras subía una de mis piernas en la silla para apoyar mi cabeza en ella.
Él no me contestó, en cambio pareció que se sentía incomodo.

-Hola, ¿Quien eres?- preguntó la voz de una chica detrás de mi. Inmediatamente voltee por el susto que me dio escucharla.

Vi una chica alta y demasiado delgada, era rubia y tenía unos labios de estaba a punto de reventar. Llevaba un vestido blanco corto ceñido al cuerpo dejando ver los huesos de sus caderas y unos tacones de aguja tan puntiagudos que te sacarían un ojo con ellos.
Su maquillaje era extravagante, sombra de ojos negro con brillos dorados, iluminador extremadamente brillante y labial rojo.

Balbucee antes de entrar en todos mis sentido y pararme rápidamente de mi asiento las acercarme a ella y extender mi mano en forma de saludo.

-Soy Hanna Beth, un gusto- musite con algo de miedo pues esa chica aspirada demasiada confianza que me hacia sentir mal conmigo misma.

Observe la manera en la que miro mi mano sin ninguna expresión y me rodeo para sentarse en el regazo del señor James.

La mire un poco indigna y celosa, no lo iba a negar, ya que a mi me gustaba sentarme en su regazo cuando trabajaba en su pequeña oficina.

La mirada de Stephen se posó en mi son ningún tipo de expresión, yo seguía sin entender quien era esa mujer, por eso fui directo a la habitación sin decir nada y me metí al baño para darme una ducha helada, así relajaba mis nervios.