♡ I will love you till the end of time♡

146 14 0
                                    

No recuerdo mucho de lo que pasó después de car dormida, estaba tan cansada mental y físicamente que había dormido como un tronco. Nunca sentí a nadie a mi lado, cargándome, moviéndome a un lugar desconocido. Jamás creí que al despertar estaría atada en una fría base metálica, atada de manos y pierna, vestida solamente con un par de bragas. 

No supe como llegué ahí, tampoco había visto a nadie alrededor mío, estaba asustada aunque sabía que todo era producto de Antonio, estaba mas que claro, era el único que quería ponerme en esta situación, sin embargo cuando le escuche decir que nos daría una oportunidad a todos creí que no haría esto, pero aquí estaba yo, completamente indefensa, atada tan fuerte que no podía ni moverme por el dolor que sentía en el cuerpo. 

¿Cómo fue posible dormir así de profundo? No sentí absolutamente ningún movimiento, de verdad que no, no pude darme cuenta de la situación en la que estada y no pude defenderme ni aunque fuera un poco.

No vi a Antonio por ninguna parte, ni a nadie mas, estaba sola, sin un alma haciéndome compañía, solo ese gran espacio oscuro. 

No tenía idea de cuanto tiempo pasó desde que desperté, minutos, tal vez hasta horas pero comenzaba a desesperarme. Después de tanta espera pude escuchar el eco de una puerta estrellándose contra si, al parecer ahora había alguien mas ahí. 

Escuche pasos acercándose pero no podía ver nada hasta que una lampara se encendió detrás de mi, no me dio directamente en los ojos lo cual agradecí pues no me encandile, parecía ser una lampara de escritorio de color amarillento, la luz solo dejaba apreciar y sombrear mi cuerpo medio desnudo. 

Pude ver la parte de un traje fino que logró verse desaliñado por falta de saco y camisa desabotonada, logré apreciar el abdomen torneado y bronceado de un hombre, el cual conocí como Antonio una vez lo escuché hablar. 

─ Lamento todo esto, HannaBeth, realmente lo hago. -

Su voz parecía estar realmente arrepentida y decaída, claro que me había sorprendido. Su cuerpo tomó un lugar al lado mío, sentándose y dándome la espalda. Le note pensativo, murmuraba cosas que no lograba entender.

De pronto se dio la vuelta mostrándome su rostro, su expresión era seria pero parecía esconder algo, haciendo que entrara en duda de lo que podía pasar. Se recostó a mi lado mirando al tengo mientras yo le miraba a él.

─ Si lo lamentas entonces dame una razón para hacerlo. -

Su ceñó se frunció, me asustó pensar que no tenía una razón en especifico, si no que lo hacía porque si, o eso pensé hasta que después de unos largos, casi infinitos segundos volví a escuchar su voz. 

─ Porque la amo tanto y la quiero conmigo sin importar las consecuencias. -

─ Esa no es una razón. Yo sé que no soy la mejor en este tema pero, ¿es que acaso no aprendiste nada de mi?. Tantas veces lo hemos escuchado, en películas, el libros, por la boca de alguien mas, si amas a alguien déjalo ir. Lo tuyo no es amor, es una obsesión que va mas lejos de lo que puedes manejar, tu prefieres matar la vida de alguien que no tiene nada que ver contigo que conquistar a una mujer. Si tanto la amaras no estarías aquí a punto de matarme, estarías buscando la manera de convencerla de que eres tu mejor opción, que es mejor estar al lado de alguien que amas cuando tienes la oportunidad, mucho mejor que hacer la santa voluntad que solo aplica conveniencia de unos difuntos. -

Parecía que estaba enojada, mi voz salió golpeada de mi garganta, dándole un regaño por la manera tan estúpida en la que pensaba. No iba a decir que lo mío no era tonto, claro que lo era, demasiado, tanto que podría llorar de vergüenza, porque yo sola me había metido en esto, si lo hubiera dejado ir no estaría en el lugar en que ahora me encuentro, las cosas no tendrían tales consecuencias que para o para mal iban a ocurrir. 

Off The Races | Trash | Temporada 1 y 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora