♡it's okay cuase i'm here♡

114 12 0
                                    

¿En serio estaba haciendo esto?
¿Es serio estaba cediendo al deseo que me carcomía por dentro?
Joder, sí, si que lo hacía y estaba extasiada, me sentía mas que nerviosa y excitada a la vez, tenía la esperanza de verlo ahí, desnudo de nuevo justo como la primera vez.

Caminé por el largo pasillo que me guiaba a su supuesta habitación. Antes de colgar el teléfono me dijo que enviaría a un auto por mi y cumplió lo que dijo, el chófer, que nunca había visto antes, me dio indicaciones para llegar a su habitación y ahora me encontraba caminando hacia ella.

Mi pulso temblaba y estaba con los nervios de punta, me sentía tan caliente y me atrevería a decir que excitada a un nivel irreconocible para mi. Pare frente aquella puerta blanca, podía sentir la tensión del otro lado y dudando un poco me decidí por tocar aquella puerta, alejé mi mano de inmediato como si esta estuviera en llamas.
La puerta se abrió poco después dejándome ver su cuerpo semidesnudo, como de costumbre no llevaba su camisa, estaba descalzo y el cierre de sus pantalones formales negros estaba abierto, podía notar lo ebrio que estaba por su aliento y su cabello despeinado, aun que realmente no podría decir que había bebido demasiado.
No supe como reaccionar ante aquella viva imagen lujuriosa del mismo diablo hasta que su mano tomó mi cadera con fuerza, halandome hacia él fuertemente mientras atacaba mis labios. Tarde un poco en seguirle el ritmo pues me había tomado por sorpresa pero en cuanto pude hacerlo tome su cabello entre mis dedos, así no se alejaba de mi.
Me adentró a la habitación cargando mi cuerpo, no pude evitar enrollar mis piernas en sus caderas haciendo que su miembro quedara a la altura de mi entrepierna, note lo duro que estaba y aquello me había echo sentir hambrienta.

— Hanna... querida... - Escucho su voz susurrar entre beso y beso, no pude contestar, no quería alejarme de él.

Nuestros cuerpos fueron a dar a un mueble que no pude ver bien pues realmente no me importaba en ese momento. Quedé sentada en el sintiendo la fría madera en mis muslos por el vestido que llevaba puesto mientras él se acomodaba en medio de mis piernas, fingiendo embestirme, robando mis jadeo pecaminosos.

— Ste- Stephen... - Lo llamo en un gemido el cual fue correspondido por un grueso gruñido de su parte.
Ya me sentía completamente húmeda, deseando que su tacto se moviera de mi cintura a mi entrada.
— Por favor... -

Sus dientes pescan mi labio inferior suavemente al dar una última embestida, cumpliendo mis deseos mueve sus manos hasta mis muslos y volviendo a subir para meterlas debajo de la tela de mi vestido holgado. Sus dedos juegan con el elástico de mi ropa interior hasta que por fin la saca, guardando mis bragas en su bolsillo, de la misma manera que hizo dentro de aquel despacho del hotel una vez.
Mi respiración se aceleró al cien al recordar aquello, como su boca había tocado mi parte más íntima para después follarme como sólo él sabía hacer. Porque era diferente, desde la primera vez que había tocado mi cuerpo yo supe que todo sería diferente incluso cuando intenté obligarme a creer que no, lo era, lo es y lo será hasta el día que muera. Me preguntaba cómo había caído ante él cuando la verdadera pregunta era ¿Cómo no lo haría?, si era tan guapo, era fuerte, maduro, sensible en sus momentos y mierda, era un dios del sexo.

— ¿Por favor, qué, cariño? ¿Qué quieres que haga?. - Su voz estaba tan grave que incluso parecía que no la había usado en mucho tiempo. Moví mis caderas en respuesta, tocando mi intimidad con sus dedos los cuales jugaban a sólo rozar levemente.

— Tómame ya, te lo ruego. - Exijo en aquellas simples cinco palabras, sus dedos toman acción rápidamente al escuchar mi voz y penetra mi cavidad al instante, arqueo mi espalda por aquella corriente eléctrica que me había atravesado.

Sus labios bajan a mi cuello, dejándome sin conciencia, le doy el acceso necesario mientras muerdo mi propio labio.
Mi movimientos hacían contraste con sus dedos los cuales me penetraban dejándome deseando más de él. Mi mano se dirigió a su pantalón queriendo darle aquel placer que se merece. Sentí su dura erección y rápidamente me dispuse a meter mi mano en su ropa interior ganándome un grave gemido desde su garganta para mis oídos.

Me sentí con ganas de comerlo entero, sin ponerme excusas lo empuje causando que se tambaleara gracias al alcohol en su sistema, bajo de aquel mueble posando mis manos en su pecho para empujarlo hasta que queda sentado en la cama. Me siento entre sus piernas en el suelo, poco me importaba lastimar mis rodillas. Saco su miembro dejando su pantalón que no me estorba y realmente de veía tan caliente de esa manera que no lo quería retirar. Sin pedir permiso paso mi lengua desde la base hasta la punta saboreando aquella majestuosa obra de arte, observo su reacción, notando como su boca se encuentra entreabierta y su mirada es dirigida a mi. Tomo todo lo que pude con mi boca, aunque estaba demasiado grande, disfrutaba aquello sin remordimiento. Tomé la base con mi mano ayudandome de esa manera a prestarle atención a toda su extensión. Me mantengo entretenida ahí por un rato, pasando mi lengua por la punta, saboreando su dulce semilla, la cual escurría en pequeñas gotas. Cuando siento su cuerpo tenso me doy cuenta que estaba a punto de llegar al orgasmo. Sentí como sus manos querían alejarme pero me negué por completo como niña pequeña que no quiere separarse de su dulce favorito.
Por fin puedo saborear aquella explosión con gusto en mi boca, no dejo escapar ni una gota y tomo todo, inclusive succiono la punta deseado más, limpio por completo su extensión. Aquello había causado que mi humedad aumentará al mil por ciento, sentía mi feminidad tan mojada que sin las bragas puestas podía llegar a ensuciar el piso.

Su pecho subía y bajaba con desespero hasta que me tomó por los costados para dejarme sobre la cama, arrancó el vestido dejándolo hecho trizas en el suelo, no llevaba sostén y cuando vio mis pechos se los llevó a la boca inmediatamente.

— No sabes... cuánto te extrañaba, pequeña... - Lo escucho decir después de que deja una marca en mi pecho.
Enrollo mis piernas en su cadera sintiendo su erección en mi entrada y aquello me emociona de manera extraña.

— Yo también te extrañé, demasiado... tanto que aún teniendote frente a mi... lo sigo haciendo... -

Siento como sus caderas se mueven levemente haciendo que me desespere y me ruego que entre de una vez por todas.
Cuando él cree que es suficiente de súplicas su miembro entra en mi, hasta el fondo provocando un grito de mi parte, me tumbo en la cama sintiendo aquel dolor quemar mi intimidad pero me encantó sentirlo, me hacía saber que era real y que lo tenía de nuevo conmigo.
Se mueve después de poco, lento y suave para ir aumentando la velocidad hasta que en el cuarto sólo se escucha el choque de pieles pues mi gemidos eran ahogados en placer y por su boca que devoraba la mía con fervor.

— Sientelo... nunca olvides... como te hago sentir... - Dice con la respiración alterada por el rápido ritmo que lleva.

— Imposible olvidarlo... - Digo con mi voz entrecortada sintiendo como poco después mi cuerpo se contrae y mi orgasmo llega sin aviso alguno causado una explosión de sentimientos en mi, él sigue mi camino corriendose por segunda vez dentro de mi, llenándome con su semen caliente.

— Imposible olvidarme de ti. -

Off The Races | Trash | Temporada 1 y 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora