✨sometimes love is not enough✨

656 49 38
                                    

[ Charlotte en multimedia ] 

Mi amor por él no fue suficiente, cuando creí que lo tenía se me había ido de las manos. Y pensar que creí que pudo sentir algo por mi, que ingenua. Ya era lo suficientemente madura como para saber que un cuanto de hadas era mas falso de las tetas de Sabrina... Y que su amor por mi.

Tomé mi dinero, salí por la puerta, no mire atrás. En cuanto cerré la puerta y di un solo paso escuche como un vaso estallaba contra el suelo con desesperación dentro del apartamento. Y mire atrás, escuchando como caían cosas al suelo dentro del mismo lugar donde creí encontrar amor y paz.

Con lágrimas en los ojos me aparte, corrí al ascensor. No tenia intensión de dar la media vuelta y regresar de nuevo, no otra vez. Llame el ascensor varia veces intentando que se diera prisa aun que parecía que tardaría mil años y si las puertas no se abrían rápido mi subconsciente me obligaría a regresar y ver que Stephen estuviera bien.

Las puertas se abrieron y entre rápidamente como si alguien me amenazara con un arma para hacerlo... ¡Por Dios, Hanna Beth, mejor expresión no pudiste usar!.

Oprimía el botón para el primer piso repetidas veces mientras los sollozos salían de mi boca desesperadamente apenas dejándome respirar, mi vista estaba nublada y me sentía mareada. Mire al suelo al no poder sostenerlo mas, sentí como las puertas se cerraban y al hacerlo unos golpes del otro lado me sobresaltaron, no escuche mas sonido que ese, miraba las puertas metálicas y sentí el movimiento del elevador descendía. 

En unos segundos en los que me quede estática en el mismo lugar con miedo de que de repente alguien se apareciera de alguna manera, el ascensor llego a mi destino, las puertas se abrieron y salí algo desorientada.

-¡Señorita Hanna Beth!- escuche una voz pronunciando mi nombre a lo lejos, voltee desganada hacia atrás para darme cuenta que la voz le pertenecía a Orland, cuando lo mire no pude evitar soltar un sollozo y correr a sus brazos, note como se sorprendía cuando lo hice pero me acepto en un abrazo cálido que, aun que no logro calmarme, me hizo sentir bien. 

-Me voy- dije inmediatamente. Le mire a la cara, suspiro con algo de tristeza.

-Le diré al chófer que te lleve a casa-

[...]

Llovía, raramente llovía en Los Ángeles pero hoy lo hacia mezclándose con mi humor de mierda, baje del auto que me había traído a casa. Baje del lujoso carro ganando las mirada de algunos vecinos. 

-¡Pequeña Hanna, hace mucho que no veía por aquí!, ¡creí que nos habías abandonado!- grito una vecina llamando mi atención, una señora de unos 50 de tez morena y robusta, había sido la primera vecina con la que había hablado y cada que tenía la oportunidad paraba con ella para tener una hermosa charla que llegaba a durar horas. 

-¡Jamas la abandonaría, Olga, solo fui de vacaciones!- respondí dándole una sonrisa. 

-¡Unas muy bien pagadas por lo que veo!- dijo con una en la cintura y meneando la cabeza sacándome una pequeña risa, me hacia falta mi hogar definitivamente.

-¿Me prepara una cita para mañana? necesito una charla con usted- pregunte acercándome al cercado de su casa, esperando por mis cosas que el chófer se había tomado amablemente el tiempo de bajar de la parte trasera del coche sin dejar que lo ayudara. 

-Claro, Para ti hasta mis días de descanso- bromeo como si de verdad fuera una psicóloga.

Le sonreí agradeciéndole y tome todas mis bolsas donde llevaba la ropa, maquillaje y accesorios que Stephen me había obligado a empacar.

Entre al departamento donde vivía, se sentía solo hasta que escuche una risa, la risa de Charlotte, no evite llorar de nuevo y corrí a sus brazos, estaba acostada en el sofá mirando algún vídeo en su celular, al darse cuenta de que había saltado sobre ella me abrazo en sus brazos y acaricio mi cabello.

-Oh, pequeña, te enamoraste- dijo en un susurro y yo solo asentí con la cabeza. 

-¿Al menos te pago el tipo?- dijo causando mi risa y saque todo el dinero que había guardado en mi bolso él mismo.  -Hanna Beth pero con esto podemos comprar hasta una isla, ¿que tanto le hiciste, y todas esas bolsas? te fuiste de aquí con una sola mochila- musito sorprendida. 

-Solo fui su muñeca, deberías intentarlo- dije con sarcasmo mientras absorbía mis mocos, mis voz estaba mas ronca por el haber llorado tanto rato. 

-Vamos por una ducha y después por películas y comida chatarra, ¿te parece?.

-Me encanta la idea- conteste poniéndome de pie y caminado hacia el baño con ella de la mano, tal vez parecíamos lesbianas a la vista de otros pero nos conocíamos demasiado bien que nos nos importaba estar desnudas una frente a la otra. 

Iba a extrañarlo, definitivamente lo haría, lo único que había hecho en este tiempo que estuvimos juntos fue tratarme de una manera que nadie lo había hecho, con algo de rudeza pero cuando su corazón se ablandaba se sentía tan bien, al recordar todo lo malo que había hecho mi enojo calmaba mi tristeza y me hacia reflexionar, pero a pesar de todo logró cautivar mis sentidos, cada uno de ellos, se había robado mi corazón y me había hecho pedazos tan fácilmente. 

Oh, Stephen James, me has destruido.

[ f i n ]

Off The Races | Trash | Temporada 1 y 2.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora