Capítulo 5: This Time is Over

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Y llegamos al oneshot del cachorro. ¿Qué os pensabais que no lo iba a tener? ¡Pues claro que sí! Ahora llegamos a la era de Hello Baby, cuando al pobre le tuvieron que operar del riñón. ¿Cómo se sentía el maknae entonces? ¿En qué situación estaba el grupo, tras lo narrado en los cuatro capítulos anteriores? ¡Leedlo y lo sabréis!

Aquella sala de espera blanca, antiséptica y con un montón de gente con caras preocupadas le ponía enfermo a Chansik. Le venían demasiados malos recuerdos de aquel día fatídico en que tuvo que entrar en un quirófano para quitarse un riñón. Había sentido miedo, terror.... y pánico. Miedo a no despertar de la operación y a que todo se complicase de manera espantosa. Terror a que después de la operación no pudiese reincorporarse de manera inmediata al grupo, que aún seguía en medio de la promoción del disco Ignition, y terror a que lo declararan nulo y lo expulsaran del grupo.

Un mes después, con un riñón menos y un tratamiento estricto que seguir, ahí estaba. Aún no había podido incorporarse de forma segura a la promoción, pero podía seguir en el show que estaban grabando y no lo habían echado del grupo. Internamente daba gracias a quién le correspondiese, a todos los dioses existentes y que habían existido sobre la faz de la Tierra.

Miró a su alrededor: la misma enfermera con cara de pasividad, consultando algo en el ordenador; los abuelitos de turno esperando a ser atendidos; un crío correteando por la sala, aburrido; y a sus dos hyungs custodiándole cual guardianes a ambos lados. Miró a su izquierda: Jinyoung parecía estar sonriendo y pendiente del pequeñajo, de no más de cuatro años, que correteaba por ahí. Seguramente estaría acordándose de sus "hijos" Eunsol y Hyunwoo, los niños de los que cuidaban en Hello Baby. Afortunadamente, mañana tendrían grabación y supuestamente iban al campo, por eso estaban ahí. Habían adelantado la revisión a hoy para poder irse el fin de semana tranquilos o a Shinwoo le daría un ataque de apoplejía, más pendiente de él que de grabar. Se volvió a su derecha: Shinwoo estaba consultado algo en el móvil, como si necesitara hacer un recuento total antes de marchar. Echando un vistazo por encima vio que estaba consultando el tiempo y que estaba haciendo un cálculo mental de cosas y ropa que llevar.

Gongchan sonrió. Al principio dudó mucho lo de meterse en un grupo, pero ahora no tenía arrepentimiento alguno. Al principio, cuando debutaron, echaba muchísimo de menos a sus padres y a su hermanito, pero los dos chicos que le flanqueaban ahora mismo habían ejercido de padre y madre. Sentía debilidad por los dos. Sabía que si alguien les hacía daño, sería capaz de matar al imbécil que fuera lo suficientemente gilipollas como para intentar osar a ello. Acabaría en la cárcel, pero sus Hyungs estarían de una pieza.

Los quería con locura, pese a que cada uno tenía lo suyo. Aunque, reconocía tener más debilidad por Shinwoo porque sabía que él era su talón de Aquiles. Si todos se negaban en algo, ahí estaba Shinwoo para perdonárselo y dárselo porque... porque sí. Además, había sido su obsesiva insistencia lo que le había obligado a visitar el hospital y así averiguar que realmente estaba enfermo de verdad. Todo fue muy seguido gracias y por culpa de Shinwoo, que no se fiaba de lo que decía Gongchan. En cierto modo, le debía la vida. Ser el pequeño del grupo tenía sus ventajas, tales como: ser mimado siempre, perdonado siempre y siempre conseguir lo que quería.

O al menos, lo había conseguido hasta hacía poco. Jinyoung y Shinwoo se habían enfadado con él por mentirles con el tema del dolor que había camuflado. Estaban convencidos que si en lugar de ocultárselo y haber actuado a tiempo, no hubiera hecho falta operarle del riñón. Se lo recordaban en cuanto tenía ocasión. En esos momentos, agachaba la cabeza porque, en parte, era consciente de que ambos tenían razón y no quería decepcionarles más. Tenía que madurar y crecer y no depender tanto de los dos. No del Shinwoo mamá que siempre estaba para él, para darle su ración de abrazos paternales que necesitaba, para escuchar sus ridículos temores y solucionarles las dudas y que hacía de muro de protección contra el mundo que le daba miedo... Tampoco del Jinyoung papá cariñoso siempre dispuesto a ayudarle en los deberes que tenía que hacer hasta que se graduó, ni de apoyarle cuando tenía problemas en clase con sus compañeros y que siempre le cocinaba su comida favorita cuando se lo pedía. Ahora su preocupación para con él era que: se tomara su medicación, que descansase lo suficiente, que no hiciese tonterías que atentasen contra su salud y controlarle la comida. Prefería ese medio enfado a aquella semana en la que Shinwoo no le dirigió palabra alguna, ni ensayando, porque le mintió sobre que se había cancelado una salida escolar a la que tenía que ir y él se había ido solito por ahí, por Seúl, sin supervisión. Fue terrible ser ignorado de esa manera, pese a saber que la había liado parda, así que se juró que nunca le mentiría... y volvió a mentir con lo del dolor en la espalda y el costado, todo porque no quería llevarse otra reprimenda...

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