Capítulo 7: IF...

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Seguimos en la Era In the Wind, casi llegando a la Era What's happening. Este capítulo lo narra Sandeul y sobre lo que pasa cuando uno está lesionado y tiene demasiado tiempo para pensar...

Aquella noche estaba siendo totalmente aburrida y triste. Estaba solo en el salón de la casa, con la pierna en alto y la rodilla paralizada, haciendo zapping sin ganas. En casa sólo estaban Gongchan y Jinyoung. Shinwoo había salido hacía un par de horas, informando que los vería mañana en la empresa, y Baro estaba en la radio y no volvería hasta las dos y media de la mañana, hora en la que ya estaría durmiendo a pierna suelta (léase la ironía), por culpa de los calmantes.

Dos meses y medio después de aquella noche en la que vio a Jinyoung romperse se había acercado más a su Hyung y líder, porque, por alguna razón que desconocía, Gongchan se había puesto de lado de su otro Hyung y Baro había permanecido neutral. Por tanto, desde hacía casi dos meses, la casa estaba dividida claramente en tres grupos: el bando de Shinwoo, el bando de Jinyoung y el de Baro, que ejercía de mensajero. Aunque, siendo sincero, Sandeul sabía que Baro parecía tener más debilidad por el bando de Shinwoo, aunque no entendía por qué, y desde entonces ambos se habían alejado.

Habían hablado del tema de forma velada. Aquella noche prometió a Jinyoung que no diría nada de lo que había pasado, porque estaba convencido que el siempre callado Dongwoo no diría nada. Cosa que así pasó. Gongchan iba como un perrito detrás de su amo, intentando consolarle, pero sin saber muy bien ni cómo y ni qué había sucedido. Baro siempre le reprochaba que si tan amigos eran tenía que contarle lo que había pasado para poder intervenir entre sus dos Hyungs y arreglar de una buena vez el conflicto. Como no podía hacerlo sin traicionar a Jinyoung (que bastante había tenido ya), empezó a notar que Baro se alejaba de él. Lo notaba distante.

¿Cómo iba a arreglar la metedura de pata de Shinwoo? A Sandeul no le gustaba tener una única versión de los hechos, porque por experiencia propia sabía la de malentendidos que se generaban por no hablar de frente las cosas, pero le había sido imposible traspasar el fuerte de hormigón que era ahora mismo el más alto de todos los miembros. Además, ahora se percataba que era un maestro en el arte de esquivar conversaciones y salir huyendo de situaciones comprometidas. Se negaba a intentar mediar sin saber qué había pasado y qué opinaba de todo esto su Hyung. Le decepcionaba saber que, aunque el grandullón ayudaba a los demás, no se dejaba ayudar. Ahora entendía por qué había sido capaz de ayudarle aquel día, al poco de debutar, con sus conflictos internos. Porque Shinwoo era también homosexual, pero lo había escondido tan bien que nadie se había dado cuenta que estaba enamorado del líder. Le entristecía saber que no parecía querer confiar en él de la misma manera que Sandeul se había abierto aquel día. Esa decepción era también lo que le frenaba a intentar mediar en serio entre los dos.

A veces sentía lástima por Gongchan, porque parecía obsesionado en perseguirlo a todas partes. Hasta le controlaba cuando entraba a la ducha y siempre se aseguraba que todas las puertas estuviesen abiertas, sin poner el pestillo, como si temiese que pasase algo grave. Shinwoo era lento, muy lento, y ahora pasaba más tiempo fuera de casa que dentro, entre la universidad y "pasear". Cuando quería era muy listo. Sin embargo, y curiosamente, esta decisión de pasar poco tiempo en el dormitorio mientras coincidiese con Jinyoung había sido una buena solución temporal. Jinyoung no estaba crispado y se evitaban discusiones. Bueno... gritos y sarcasmos por parte del líder, porque Shinwoo nunca le hacía frente.

La situación al principio se había hecho insostenible en casa, pero fuera de ella todo iba normal. Jinyoung y Shinwoo se comportaban como personas civilizadas y profesionales y hacían todo lo que se les pedía y se esperaba de ellos a la perfección. A Sandeul todo esto le parecía muy hipócrita y cobarde por su parte, por no ser capaces de sentarse y charlar sobre lo sucedido, pero no podía hacer nada y ahora sentado con una rodilla destrozada y recién operada menos todavía. Echaba de menos a Baro, quién siempre le ponía de buen humor cuando estaba de bajón y sabía qué hacer. Echaba de menos su contacto. Jinyoung había cogido la manía de agarrarle de las mejillas hasta ponérselas rojas porque según él: "te ves adorable". Pero no eran las manos de Jinyoung las que quería que le apachurrasen las mejillas. No era la sonrisa de Jinyoung la que quería ver a todas horas. Ni la voz de su hyung era la que necesitaba ahora.

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