Capítulo 3: Beautiful Target

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La trama ya ha avanzado. ¡Los chicos han debutado! Y el amor vuelve a fluir por el ambiente... Sandeul nos cuenta su historia. ¿Qué pasará aquí? ¡A leer!

Nuestro primer fanmeeting. ¡Habíamos pasado nuestro primer fanmeeting! Habíamos tenido que hacer mucho fanservice. Al principio estaba muy preocupado, porque, no entendía muy bien la función de hacer tanto contacto físico entre nosotros. Sin embargo, tanto Jinyoung Hyung como el CEO nos habían explicado que era necesario para nuestras fans y nuestra popularidad. Mostraba parte de nuestro encanto, proyectábamos nuestra imagen al exterior y les damos un pedazo de felicidad.

Seguía siendo muy raro todo aquello, pero... ¡Que Dios bendiga al fanservice! Al menos eso pensaba Sandeul.

Sandeul seguía muy inseguro con su físico. No había conseguido bajar a tiempo al peso que la compañía había deseado para su debut. Ya llevaban un par de meses en la vorágine de la locura de ser rookies y cada vez se sentía más ansiolítico. Por ende, y aunque no quería, acababa arrasando con la comida que le ponían delante. Bueno, con esa y la de sus compañeros y, por la noche, cuando todos dormían, hacía "excursiones" a la nevera a ver si pillaba cualquier cosa que llevarse a la boca. Afortunadamente, tenía a Baro para controlarle.

Baro... el culpable de sus ataques de ansiedad, el protagonista de sus sueños y su de inseguridad, desde hacía dos años.

Tiempo atrás, cuando se conocieron, no congeniaron. Vio la cara de asco y decepción de Sunwoo, totalmente gráfica, cuando les presentaron. En la cara del rapero había una expresión clara de un "¿Tenemos que debutar con este?" y se sintió hundido, cada vez más inseguro y muy triste. Empezó a tener problemas de autoestima, con los que aún lidiaba. Siempre se había considerado una persona corriente, ni feo ni guapo, simplemente corriente, pero se conformaba con ser popular por su simpatía. En su época escolar, tanto chicos y chicas se acercaban a él y querían ser sus amigos sólo porque era el alma de la fiesta. Su físico no atraía a nadie (especialmente a las mujeres) pero a él no le importaba. Se conformaba con estar rodeado de gente que le seguía en sus locuras y parecía apreciarle igualmente; independientemente de su físico o de sus horrendas gafas, sin las cuales no veía nada. Al menos, se sentía más confiado al sonreír. Había tenido que sufrir una prótesis "invisible" para juntar las dos paletas frontales que tenía como dientes a tiempo. ¡Anda que no había dolido aquello! Y aunque pareciese increíble había sido cuando habían conseguido que adelgazara un poco, porque con el dolor no podía masticar demasiado.

Lo que más le había dolido, hasta que había aparecido el grandullón del grupo, Shinwoo, habían sido los ataques contra su físico que, una y otra vez, había lanzado Baro. Eso le había obligado a refugiarse en Shinwoo (al que aún no entendía muy bien, porque tenía una personalidad esquiva para sus cosas pero amable para los demás), porque en su presencia se sentía tranquilo y protegido. Él no le juzgaba por sus gafas ni por su físico, ya que hasta hacía poco también las había llevado. De hecho, llevaba unas falsas gafas que le sentaban muy bien pero que a Sandeul le ponían de los nervios. ¿Tenía la oportunidad de quitárselas y no se las quitaba? ¡Si las lentillas eran una maravilla! Había preguntado por qué seguía con ellas ya debutando y solo había sonreído. ¡Estúpido Shinwoo! ¡Quería saberlo!

La razón por la que se sentía protegido y sentía respeto por aquel chaval, era porque había ejercido de muro de contención entre Baro y él. De hecho, Baro, hasta hacía relativamente poco tiempo, no se había "llevado" con CNU, el que debía haber sido líder, pero que les había dejado descolocados renunciando.

Durante aquella desesperante etapa, fue incapaz de mantener a raya la dieta que le habían impuesto. Cada ataque de Baro lo había vivido como una puñalada sangrante en su corazón, como si su único objetivo fuese retorcérselo con saña. Se había sentido tan perdido por aquel tiempo... ¿Por qué se había ensañado tanto con él? ¿Qué había hecho para merecer eso? Había tanto desprecio en aquellos ojos oscuros... Pero Sandeul, desde aquel entonces, siempre le buscaba e intentaba llevarse bien con él. Normalmente era dinámico y hacía payasadas, las que siempre había funcionado con la gente que había conocido, pero que, misteriosamente, parecía no funcionar con él. Aumentó el nivel y la energía de las payasadas, con la esperanza de caerle bien. Sería un payaso feo. Eso siempre funcionaba... pero no. Los gritos, los desprecios seguían y él se iba a dormir llorando, con Shinwoo tranquilizándole, Jinyoung maldiciendo a su lado y el cachorro colgado de él, susurrándole que no llorase.

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