Capítulo 13: Only One

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La semana pasada teníamos el relato triste de CNU, ahora podréis leer la versión de los acontecimientos, desde el punto de vista de otro implicado principal: Jinyoung. ¡Espero que os guste!

El maldito reloj marcaba las cinco y cuarto de la madrugada. Por más que Jinyoung mirase a la puerta y al reloj, nada parecía funcionar correctamente. Seguía clavado en el hall, mirando aquella puerta como si el mero hecho de su presencia fuese a obrar el milagro.

Ni el tiempo fluía rápido y ni la persona que debía haber entrado por la puerta hacía dos horas terminaba de llegar. Un muy asustado y enfadado, a partes iguales, Baro iba y venía por el pasillo con ese objeto llamado teléfono móvil, gritando como un poseso: "¡Hyung, coge el teléfono de una puta vez!" y yendo de un lado a otro del pasillo, como si eso fuese a solucionar su ataque de pánico.

Media hora antes, Sandeul, Channie y mánager Hyung había tomado destinos diferentes para buscar al desaparecido Shinwoo: a un parque, a una tienda de 24 en la que le gustaba comer dulces, respectivamente, y su mánager iba a hacer la ruta de vuelta que supuestamente debería haber hecho su Hyung, pero que estaba claro que se había interrumpido en algún punto del regreso.

Todos estaban haciendo algo, menos Jinyoung. No era porque no quisiera hacer algo, sino que estaba tan aterrorizado en que pudiera haberle pasado algo, que era incapaz de hacer nada. Tan solo cruzar las manos, con la esperanza que el abrigo que se había puesto encima le paliara ese invierno que circulaba por cada uno de sus huesos. Shinwoo era lento, estaba sano y, por ende, podía haber llegado un poco retrasado, pero nunca había hecho esto. Siempre había vuelto a casa. Siempre...

- ¡Joder, Hyung! ¡Quítate de ahí!

Un Baro al borde del ataque de nervios, le empujó contra la pared sin contemplaciones, como si fuese un burdo mueble y se abalanzó contra un cajón, buscando a saber qué. Tampoco le importaba. Seguro que Shinwoo entraba por la puerta soltando alguna de aquellas excusas suyas: "me equivoqué de línea de bus, lo siento" o "Me encontré con fulanito, me entretuve hablando y ¡mira la hora!".

Ahora que lo pensaba todo aquel día había sido un desastre. Estaban cansados y con los nervios y las emociones a flor de piel. Sabía que no estaba siendo justo con Shinwoo ni consigo mismo. Sabía que la estaba fastidiando a base de bien porque era consciente de que, con lo bonachón que era, en cuanto dijese "lo siento", automáticamente le perdonaría y se aprovechaba de eso. Pero no quería reconocer lo que le pasaba. Últimamente no era capaz de controlarse ante su presencia. Le ponía de los nervios saber que, cuando no estaba con ellos, hacía su vida. Se marchaba y nadie, absolutamente nadie, sabía qué hacía. Eso le aterraba porque significaba que Shinwoo estaba fuera de su alcance y control. ¿Con quién o quiénes estaba? ¿Era feliz con esa gente? Al menos eso parecía, porque volvía tranquilo y a veces sonreía. Sonreía de verdad y no con esa sonrisa falsa que siempre aparecía por la casa. Eso le generaba cólera, brotaba su instinto de inseguridad y de rabia. Quería de vuelta al viejo Dongwoo, al que había sido su mejor amigo, al que había perdido por culpa de esa zorra. Quería que estuviese ahí diciéndole "tranquilo, no pasa nada, todo irá bien" con esa sonrisa suya tan adorable. Quería que estuviese ahí para poderle pedir perdón por fin: Por ser tan desconfiado, por ser tan desalmado y tan rematadamente orgulloso. Ese asqueroso orgullo suyo que estaba a punto de destrozarlo todo y a todos. Baro tenía razón. Por eso le estaba ignorando de esa manera y estaba a punto de matar a alguien si su amigo no aparecía.

- ¿Te sabes el número de teléfono del amigo de Shinwoo?

La voz furiosa del rapero de la banda le sacó de su reflexión. Negó. Vio a Baro perderse de nuevo por el pasillo y desaparecer de su vista. Volvió a concentrarse en la puerta, como quien se agarra a un clavo ardiendo.

Only OneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora