Capítulo cuatro

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Cualquier sonido a nuestro alrededor parece haberse silenciado. Mia detiene su andar y gira sobre sí misma para mirarme en cuanto procesa lo que he dicho, sus ojos reflejando la misma emoción que estoy sintiendo ahora mismo, y que estoy segura puede ver en mi cara: confusión.

-¿Qué has dicho? -indaga, lento, tal vez preguntándose si ha oído bien.

-Yo... mi nombre, es Eve -repito.

-No lo entiendo, ¿esto es alguna clase de juego al que estás jugando? ¿Eso qué significa? Necesitas explicarte mejor ahora mismo porque no sé qué estás diciendo realmente.

Ella luce confundida, frustrada, y lo entiendo, me siento de la misma manera y soy quien ha pasado a través de ello. Quisiera tener una mejor explicación, una idea más clara de qué está sucediendo pero no lo hago, ni siquiera estoy segura de entenderlo del todo aún, y así se lo digo:

-Es solo... yo acabo de recordarlo, algo así. No sé cómo explicarlo realmente.

-Un momento, espera -ella intenta aclararse-, ¿tus recuerdos están de regreso?

-No, no... solo he recordado un nombre, mi nombre.

Espero por su reacción pero no obtengo nada, ella solo procesa mis palabras durante algunos segundos antes de hacer su siguiente pregunta:

-¿Cómo estás segura de que es tu nombre?

Su pregunta es válida y me tomo un momento para juntar mis pensamientos antes de responder.

-Yo... solo lo sé. Desearía tener una mejor explicación pero no la tengo. Es solo esta sensación de reconocimiento dentro de mí.

-¿Cómo?

No tengo que preguntar a qué se refiere.

-Estaba pensando sobre ello, sobre recuperar mis recuerdos cuando lo oí. Era como un susurro, no lo entendía al principio pero era una voz, suave, algo difusa, llamando un nombre, llamándome -busco la mejor manera de describirlo-. Al principio a lo lejos y luego deslizandose lo suficientemente cerca para que pudiese oírlo, oír a alguien dirigiéndose a mí de esa manera; en el pasado.

-¿No hubo nada más? -indaga.

-No -Y eso es lo que me desconcierta-. Ni siquiera era un recuerdo en sí. Más bien solo un sonido, sin imagen.

Hacia el final de mi explicación ambas nos quedamos en silencio, contemplando lo que eso significa.

-Está bien, de acuerdo, eso es un comienzo, ¿verdad?

Lo es y de hecho debería sentirme más emocionada al respecto pero hay algo que simplemente no tiene sentido para mí, aunque no puedo descifrar el qué. Mía por su parte se ve complacida; busco en su expresión, intentando entender a qué se debe.

«Quizás está deseosa de que recuperes tus recuerdos para deshacerse de ti».
Eso tiene sentido; si recuerdo, volvería a mi vida; lejos de la suya. Quizás está tan desesperada por eliminarme de la ecuación que esto le alegra de la manera equivocada.
Ella no es mi amiga, me recuerdo; no me conoce más de lo que yo misma lo hago; no debería sentirme afectactada y aún así lo hago.

-Lo es -respondo finalmente sin poder evitar el tono rígido en mis palabras. Tampoco pasa desapercibido para ella que lanza un suspiro y parece tomar una decisión.

-Escúchame bien porque no lo volveré a repetir -dice, sus ojos verdes tan similares a los de su hermana fijos en los míos-. No te odio, ¿bien? Así que ya deja de mirarme como si pensaras que estoy siendo una perra. No lo estoy, pero tienes que entenderlo: mi familia es lo más importante para mí y debo ser quien tome precauciones cuando ellos solo deciden acogerte con brazos abiertos aún cuando no sabemos nada sobre ti; en realidad no puedes culparme por tener mis reservas. Ahora dicho eso, deberías alegrarte; un nombre es mejor que nada y, eso significa que quizás no estás tan lejos de recuperar el resto de tus recuerdos.

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