¿Qué?

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Tras pasar unas horas, me encuentro con Zoe en un taxi camino al aeropuerto.

Lo extraño es que apenas llevamos una pequeña maleta, yo no he hablado con mi madre y este definitivamente no es el camino hacia el aeropuerto.

-Zoe, éste no es el camino hacia el aeropuerto- musito para que el conductor no escuche.

Una sonrisa cínica y macabra es lo que veo en su rostro y el conductor en realidad es Axel.

No sé qué expresión tengo, pero les causa gracia.

-Ven te explico cariño, te presento a mi hermano, todo fue una trampa, tu padre nunca me toco, tampoco era amante de mi madre, todo fue un plan para venir aquí con ustedes y reencontrarme con mi hermano- dice cínicamente como si fuera lo más común del mundo.

Paso mi mirada de Axel a ella y viceversa, esperando que me digan que todo era una pesada broma,  pero no es así.

Axel frena el auto de un momento a otro, se baja de el, abre la puerta del lado en el que me encuentro y me agarra las muñecas por la espalda.

Me muevo bruscamente para así tener posibilidades de soltarme de su agarre, pero me lastima.

-Mira muñeca, es mejor que no hagas las cosas tan difíciles, ¿sabes quién más está allí dentro?- dice.

Me quedo quieta y Axel me sube en su hombro, solo veo su espalda, tengo posibilidades de huir, ¿pero si tiene a mi madre?¿si tiene a Andrés?, No me arriesgaría de tal forma a que les hagan daño.

Todo se torna aún más oscuro y Axel sube unas escaleras, siento repentinas náuseas, este lugar huele asqueroso, es una mezcla de orines, excremento y sangre.

Axel me baja y con una soga amarra mis muñecas, no sé cómo logra ver en medio de tanta oscuridad.

Escucho el sonido de unas llaves y luego el de una cerradura siendo abierta, una potente luz se esparce por todo el lugar haciéndome cerrar los ojos.

Abro mis ojos de nuevo y veo a mi madre sentada en una silla con los brazos detrás de su cuerpo, un trapo en la boca y a su lado Andrés en la misma situación.

-¡Mama!, ¡Andrés!- exclamo sintiendo las lágrimas salir de mis ojos.

Andrés intenta levantarse de la silla pero le es imposible.

Axel sube mis brazos por arriba de mi cabeza y con otra soga me amarra a un gancho inmenso haciéndome quedar  prácticamente colgada.

-Zoe, porque simplemente no te largas, ya tienes a tu hermano- le grito.

-Yo solo quería a mi hermano,  pero ella no- dice y señala una esquina oscura de la habitación de donde sale una mujer brusquita de cara y cuerpo.

-Buen trabajo hijos míos- dice el globo aerostático que Zoe tiene por madre mientras aplaude.

-Buena técnica para hacernos sufrir- pronuncio entre dientes.

-¿De qué hablas bastarda?- pregunta el globo.

-Meter un globo aerostático al lugar para que nos falte el aire y así morir asfixiados- respondo señalando con mi cabeza a la madre De Zoe con una sonrisa burlona.

Sin esperarlo, se acerca a mí y me propina una bofetada, mi mejilla arde y  un sabor metálico se esparce en mi boca a causa de la sangre.

Tomo valor y escupo su rostro, ella frustrada lo limpia y jala mi cabello.

-Eres igual de altiva que tu madre, pero eso aquí se puede solucionar- dice y yo hago una mueca de asco, tiene aliento a mierda.

-Con ese aliento pa' que más tortura- digo y levanto mi rodilla para golpear su vagina- oh mira, mi rodilla no quedó atorada en tu vagina, que suerte- vuelvo a hablar pero con más seguridad en el tono de mi voz y no se como lo he conseguido.

Maldito Andrés °Sin Corregir°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora