Llevábamos mas de una hora en el avión, Andrés no se ha dignado a hablarme, sigue molesto aún y me encanta verlo con expresion seria, y más si es por celos.
Me dolió que aceptara que sólo somos amigos, pero lo que me destruye el alma, es que sea cierto. En ningún momento hemos hablado de lo que en realidad somos.
Estoy dejando mi famila y amigos por estar con él, creo que eso basta para que se dé cuenta que lo amo, mi estudio, realmente no sé si logre pasar este año, no he asistido mucho a clases y eso me perjudica.
Escucho una voz a lo lejos que me llama, salgo de mi trance y miro hacia donde proviene la voz.
-Señorita, ¿se encuentra bien?- pregunta un chico de piel trigueña con ojos color miel, alto y un uniforme pegado a su cuerpo que dejaba apreciar mucho.
-Sí, lo siento, sólo estaba distraída- respondo y me acomodo en mi asiento.
-No se preocupe, solo quería saber si se le ofrece algo- explica sonriente.
-¿Una coca cola?- respondo dudosa.
-Claro, ¿algo más?- pregunta.
-Un beso- respondo, siento la silla en donde está sentado Andrés sacudirse y tose a causa de que se ha atragantado con su propia saliva.
El chico de ojos color miel sonríe ampliamente y me mira con atrevimiento.
-Claro, aquí estamos para servir- dice y se acerca lentamente hacia mi rostro, estamos a punto de besarnos y no he conseguido lo que quería.
-Aleja tu sucio rostro de ella, por que si la tocas no pararé de golpearte hasta verte muerto- ¡bingo!, Andrés se ha puesto celoso.
El chico se aleja de inmediato y me observa confundido.
-¿Qué te pasa?, al final sólo somos amigos ¿no?- pregunto elevando mis cejas.
-Pierdete de aquí antes que te rompa la cara- le ordens al chico.
Todas las personas del avión tenían la mirada puesta en nosotros, el chico entiende todo y se retira.
-Contestame- ordeno en voz baja.
-¿Por qué mejor no sigues pidiendo besos?- pregunta mirándome con expresión neutra.
-¿Sientes ese olor?, sí, huele a celos- sé que iniciará una batalla, pero también sé que la ganaré.
-No, pero si me huele a malos gustos- contraataca con una sonrisa de satisfacción en el rostro.
-Soy yo la que huele así, se me impregnó ese olor desde la primera vez que te besé- finalizo despreocupada.
Él suspira y se pasa las manos por el rostro.
-Te amo- musita resignado.
-¿Qué has dicho?- pregunto frunciendo el ceño.
-Que te amo- aclara, una sonrisa se dibuja en mi rostro y no sé si besarlo o comérmelo.
-Yo te amo más- acepto mientras dejo un corto beso en sus labios.
-¿Le ibas a besar en realidad?- pregunta analizándome con la mirada.
-Al único hombre que quiero besar es a ti y también sabía que no lo permitirías- respondo.
Besa mis labios, pasa su mano por encima de mis hombros y me acerca a él.
-Aquí tiene su bebida señorita- miro hacia el pasillo y veo al chico de ojos color miel que me extendía una lata de coca cola.
-Muchas gracias- agradezco y la recibo.
-Con gusto- y se retira.
Destapo la lata y tomo un poco de ella, me recargo sobre su hombro, dejo la lata a un lado y cirro los ojos para intentar dormir.
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Maldito Andrés °Sin Corregir°
Ficção AdolescenteMi nombres es Manuela, (no seas malpensado) soy colombiana y vivo en España. Tengo el cabello castaño, rizado y largo hasta los hombros, tez trigueña, ojos verdes oscuros y un vocabulario no tan agradable de escuchar. No soy la típica chica tímida q...