C A P I T U L O ♦ 7

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Dios me perdone, pero fue... Me arrepiento tanto, eran mis primeros amigos ¡Trataron de buscarme un nombre! ¡Jugaron sin problemas conmigo! Y yo...yo les pague quitándoles la vida a uno de ellos...
Mi plan no es describir lo que lamentablemente recuerdo detalladamente, solo quiero decir que, imaginense a un niño de seis malditos años, ¡Tener la maldita capacidad de abrir a otro niño de su misma edad! ¡Sacándole cada parte de su cuerpo! ¡¡Destrozándolo!!... Basta por favor...

El hermano aterrorizado y llorando me golpeo en la cara para que dejara en paz al niño...a ese amigo de pocas horas que tuve. Lo miraba confundido y herido internamente. Él me grito:

—¡ERES UN MONSTRUO! ¡QUE LE HICISTE A MI HERMANO! ¡ÈL SOLO QUERÍA JUGAR! ¡QUERÍA SER TU MALDITO AMIGO! —El se abstenía a mirar el ahora horrible cadáver de su difunto hermano. Yo lo mire con lágrimas mientras me gritaba.

Pronto los adultos llegaron por los gritos y se espantaron al verme a mi con la sangre de su posible hijo.
Corrí horrorizado, confundido y con lágrimas que brotaban de mis ojos sin parar, mientras detrás venia uno de los adultos tratando de hacerme daño. Gritaba yo pidiendo ayuda y detrás el hombre gritandome cosas como «De quien ayudaría a un maldito asesino como yo»
Corrí hasta el puto de chocar con mi sonriente padre, su sonrisa reflejaba una felicidad extraña, me sujeto y de golpe aparecí en el circo nuevamente.

Las lágrimas desbordaban por mis mejillas en grandes gotas saladas y mis mocos también comenzaban a salir de mi nariz. Miraba a mi padre asustado mientras él tenia una tétrica sonrisa tal vez de felicidad y con esa misma dijo:

—Oh vaya, al fin has hecho algo de lo que puedo estar orgulloso. Mocoso —Rió algo malicioso.

Yo me seque las lágrimas y con la manga de aquel buzo gris que llevaba puesto me seque los mocos, mirando a mi padre confundido. Yo me sentía mal, no quería perder a mis amigos, pero sin embargo no entendía el porque esa acción hizo que me padre me elogiara y eso pasaba muy, pero muy pocas veces, incluso se me hacia extraño.

—Lo vi todo. Ja, no pensé que un mocoso debilucho como tu destruyera el cuerpo de aquel otro mocoso humano. ¡Eres tan ingenuo! ¡¿Pensabas que ellos iban a entender ese 'juego'?! ¡¿Pensabas que ellos serian tus amigos?! Por favor, mocoso... Nadie querrá ser tu misero amigo, para ellos eres un monstruo ahora... HAHAHAHAHA —Comenzó a reír y yo solo lo miraba con la impotencia de seguir llorando —Lo único que has hecho bien para mi fue asesinar a ese niño, siente especial ahora... —Sonrió cruelmente y se alejo de mi.

Yo me quede inmóvil viendo como el se alejaba del sitio y en mi mente solo se paseaba la horrible escena de los niños.
Sollozando me marche a donde tenia mi vieja cama con la misma manta de hace varios años y el peluche que Jill me regalo en mis 4 años, también en ese pequeño lugar que yo llamaba 'habitación' tenia una pila pequeña de libros que leí, sobre ellos estaba el peluche. Fui a agarrarlo y me recoste en mi cama llorando en silencio, por fin mi padre parecía orgulloso, pero yo...yo me sentía la peor persona del mundo ¿Eso era matar? ¿Acaso era consciente de alguna forma? Me sentía horriblemente culpable y estuve ahí llorando bastante tiempo hasta dormirme. Soñé con el niño, soñé con sus entrañas y con los gritos eufóricos de su hermano y su familia ¿Yo destruí una familia?

Al otro día desperté, mi padre no estaba, otra vez solo y odia eso.
Temía salir del circo ahora ¿Y si ese hombre molesto aun me buscaba? No quería seguir molestando a nadie más, entonces me quede en la soledad de aquel apestoso lugar, triste.
De repente sentí que alguien entraba al lugar, pero no era Jill, ni mi padre o algún proxys, era una pequeña niña como de dos años de edad. Apareció caminando con un chupón y sus grandes ojos cafés, tenia una dos coletas sujetando su no muy largo cabello negro. La niña me miro y sonrió acercándose a mi. Yo me aleje asustado, no quería hacerle daño a ella también, pero ella llego a mi a darme un abrazo en mis piernas y mirándome intrigada.

—¿Quién...quién eres? —Murmure tal vez un poco aterrado.

—¡Melo! ¡Melo! —Balbuceaba la niña, yo realmente no le entendía, hasta que de mi bolsillo del pantalón saco unos caramelos que le saque a escondidas a mi padre.

—¡Espera! No te los comas con la envoltura —Dije sacándole los caramelos de golpe y sin querer empujándola causando que cayera sentada al piso.

La niña estuvo apunto de ponerse a llorar cuando yo la calle dándole uno de los caramelos que tenía, ahora ya no lloraría.

—¿Como te llamas? —Pregunte, olvidando lo que había pasado ayer un poco. La niña me miro sonriente y me pidió más y yo le di —Yo soy... —Me detuve un momento recordando por fin lo de ayer, volvieron do a estar triste y querer llorar —...Jake... —Murmure con lágrimas que aparecieron de repente.

—¡Cheik! —Sonrió ella —¡Melo! —Volvio a pedir y yo seguí dándole hasta que apareció un hombre que, para mi, era desconocido en ese momento.

Le asuste y me aleje un poco de la niña, el hombre se me hizo horrible por su aspecto, una sonrisa grande y sus ojos sin párpado absoluto, eso me espanto.

—Vaya, eres el mocoso de Laughing Jack —Gruño el cargando a la niña que parecía muy feliz estando con ese horrendo hombre —No te acerques a mi hija, escuchaste mocoso inútil —Volvió a gruñir con su gruesa y aterradora voz. Yo asentí intimidado y la niña antes de irse dijo:

—¡Adio Cheik!

Clown (Laughing Jack)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora