Suegrito.

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Cierta familia paseaba por el supermercado haciendo las compras de la semana.

Yuuri se encargaba de buscar los productos. Revisaba su lista y buscaba entre los pasillos siendo seguido por Viktor y Yurio.

Los tres hablaban tranquilamente. Entre temas casuales uno salió a flote.

-Así que... ¿Algo que nos quieras contar cariño? -Yuuri pregunto observando de reojo a su pequeño.

Él rubio lo observo extrañado.

-Eh... No mamá.

-Yurio soy homb... Olvidalo -Yuuri suspiro- Me refería a que si tienes, ya sabes, a alguien.

Él rubio no entendía del todo.

-¿A alguien? -Él rubio lo observo confundido.

-Amor, no le metas ideas en la cabeza. -Viktor miró de manera acusadora a Yuuri.

-Tu no te metas Viktor -Yuuri rodó los ojos. -Como sea. -volvió a dirigir su mirada al rubio- Últimamente te he notado un poco distraído y bastante alegre. Con una actitud digna de un enamorado. Me recuerdas a mí con mi primer amor. -Yuuri se recargo en el carrito mirando a la nada con una sonrisa en el rostro y sus mejillas rojas.

Él rubio se sonrojo de sobremanera, ocultando su rostro con su cabello.

-N-no se de que hablas. -tartamudeó Yurio bajo la atenta mirada de sus padres.

Uno con diversión y otro con molestia.

-Esperen, para empezar, creí que yo era tu primer amor. -Viktor miró a su novio el cual sonrió nerviosamente. - Y tú -miró a su hijo, el cuál esquivo la mirada. - ¿Qué es eso de que esta enamorado señorito? No tendrás pareja hasta que llegues a los treinta.

-Viktor no exageres. -Yuuri lo miró de mala manera. -Es normal que le guste alguien a nuestro pequeño. No siempre será un niño.

Él rubio suspiro en cuanto observo que ambos empezaban a discutir por el tema.

Se alejo sin que se dieran cuenta.

Yurio caminaba lentamente por los pasillos.

Había llegado al área de dulces.

Aunque no muchos lo supieran el era muy fanático de las cosas dulces, aspecto que chocaba con su personalidad.

Empezó a caminar, viendo y leyendo algunos productos que llamaban su atención.

Todo era paz y tranquilidad.

Hasta que...

-¡Gatita! ¡Que sorpresa!

Jean o más conocido como J.J le abrazo sorpresivamente por la espalda.

Yurio le respondió.

Con un codazo.

Él pelinegro se tiro al suelo, tratando de recuperar el aire perdido por aquel golpe.

Yurio no pudo evitar soltar una risa burlona.

Sonrisa que se apago al ver como él pelinegro se levantaba con una estúpida sonrisa.

-Vaya Gatita, si que tienes fuerza. Me encantaría conocerla toda... Y de otra forma. -una sonrisa pícara apareció en el rostro de J.J

Familia [Yuri On Ice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora