Lindo.

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Minami estaba recostado en la cama de su primo huraño.

Estaba aburrido, Yurio había ido con sus padres y Jean a comer.

¿Porque? No sabía, pero Yurio estaba demasiado feliz.

Resoplo cuando vio la hora, las tres en punto. No tenía nada que hacer, sus padres habían discutido los últimos días y prefería no estar en casa.

Escucho como tocaban el timbre y decidió bajar a ver quien era.

-¡Ya voy!

Abrió la puerta, viendo al pelinegro frente a él.

-Hola Minami.

-¡Hey Ota-kun! -Minami le sonrió amablemente.

Cruzaron unas palabras más y Otabek entro a la casa.

-Así que... Yura fue a comer con sus padres y Jean. -murmuró Otabek.

-Sí, según sé últimamente han salido mucho. Pero la verdad no estoy bien enterado. -Minami hablo mientras buscaba una película.

-¿Qué haces?

Minami volteo dedicándole una sonrisa.

-Buscando con que no aburrirnos.

Otabek le dio una imperceptible sonrisa y dejo al chico hacer lo suyo.

Aunque sentía que una película no bastaría para dejar de pensar en Yura y Leroy. La idea de esos dos juntos no le agradaba, pero se tranquilizaba un poco al saber que Viktor estaba con ellos.

-¡Listo! -Minami dio un salto riendo.

-¿Qué película pusiste? -Otabek miró con ternura al chico, era alguien muy raro, pero muy lindo. Al menos no era mala compañía, no se comparaba a su tigre, pero era un gran chico.

-Lego Batman -Minami sonrió con diversión, la película le encantaba a pesar de haber salido hace muy poco.

Otabek suspiró.

Era una compañía muy infantil.

(...)

La película al fin había terminado, Otabek no podía negar que se divirtió, la película en sí era cómica.

Observo al chico a su lado, el rubio mantenía una sonrisa divertida mientras veía los créditos de la película.

Observo detenidamente al chico.

Nunca se había percatado de lo lindo que era.

El ligero tono tostado de su piel, las facciones finas e infantiles, el color rosa que adornaba sus mejillas, el cabello rubio un poco oscuro, el mechón rojo con sus raíces rubias le hacían un degradado perfecto.

Sus ojos cafés, brillantes y llenos de inocencia que lo confundían con un niño por su apariencia pequeña.

Bajo un poco más la mirada, viendo sus lindos y probablemente suaves labios rosados.

Sonrió un poco al ver su colmillo.

Ese pequeño detalle lo hacia ver más lindo de lo que ya era.

Sonrió sin escuchar lo que decía, lo vio levantarse y caminar hacia la cocina, dándole la espalda.

Miro detenidamente el cuerpo del chico, delgado, bajo la mirada a los pantalones ajustados que usaba y...

Oh Dios.

Tenía muy buenos atributos traseros.

Otabek se sonrojó, su imaginación le dio una muy buena imagen mental.

Familia [Yuri On Ice]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora