Veintidos

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Tenerife

-Ya coño... -susurró una Tris algo estresada.

Desde que habían llegado al parque, los niños no dejaban de ir por todos los lugares que no debían ir y mientras estaba pendiente de uno, otro se metía en problemas. Nunca se habría imaginado lo estresante que era cuidar de unos niños tan inquietos.

Sentía que no podía relajarse y de no ser que eran primos suyos, hubiera dejado tirados a los críos y hubiera corrido hasta la otra punta de la isla, incluso hubiera subido el mismísimo Teide* para poder tener un segundo en paz.

Sus ojos iban de un lugar a otro intentando estar atenta a los tres a la vez. Se encontraba en tal punto de tensión que se asustó cuando escuchó su móvil sonar. Ni si quiera miró de quién se trataba, tan solo lo cogió.

-¿Sí? –preguntó a la línea.

-¡Lo mato! Te juro que lo mato. Yo lo mato, voy a coger y lo voy a cortar en trozos Patri, no tiene puta vergüenza, tiene los huevos más grandes que yo que sé, te juro que cuando lo mate, se los corto y... -gritaba una voz grave desde la otra línea

-Todavía no puedes matar a nadie –le cortó el monólogo de la matanza que iba a hacer Jordi-. Deja primero que termine la carrera ¿no? Me gustaría no tener que ir a una prisión a visitarte –rió, recibiendo miradas de algunas personas que pasaban junto a ella.

-Me da igual, este desgraciado se merece esto y demás, creo que incluso tengo demasiada compasión, es que no sabes tú el cabrón que es de verdad...

-Vale, vale, tranquilo. Déjame entender a quién vas a matar y por qué, a ver si puedo ayudarte –dijo mientras buscaba con la mirada a los niños.

-Al ser que me engendró, porque no tiene otra manera de llamarse. A ese voy a matar, se ha atrevido a llamarme hijo incluso. ¿Te lo puedes creer? –Patri oía mientras miraba en todas las direcciones del parque, tenía a dos de sus primos localizados, pero faltaba una-. He tenido que salir corriendo de ahí que si no... Me lo cargaba ahí mismo, a poco he estado Tris, a muy poco...

-Su puta madre –gritó la canaria en cuanto encontró a Lola, la pequeña.

-Para madres la mía, que encima lo deja entrar en casa y...

-Jordi, te llamo en un rato –y colgó.

Rápidamente, se acercó a una señora mayor a la que le pidió que vigilara a sus primos y dejó su bolso junto a ella. Tras asegurarse de que llevaba el móvil, empezó a correr al otro extremo del parque llamando a gritos a la pequeña. Ésta se encontraba sentada junto a un hombre en un banco. Él parecía llevar una bolsa con caramelos, cosa que no le gustó nada a Tris.

*Pico más alto de España, situado en Tenerife, en el medio de la isla.

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Mil perdones, mil perdones.

Me da mucha rabia pero es que se me olvida, intento escribir entre días y dejar un capítulo o dos hechos pero luego se me olvida que los tengo y no actualizo.

Sí, sé que no hay derecho pero es que soy muy despistada, muy despistada. Espero que en Navidad pueda actualizar por lo menos tres o cuatro veces, de verdad que lo espero.

Felices fiestas a todos. Nos leemos,

jauroand

Sexóloga en apurosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora