Capítulo 9.

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Dipper abrió la puerta, encontrándose con su gemela.

Bufó y estaba apunto de cerrarla, pero lo detuvieron. Suspiró, contó hasta diez y abrió de nuevo la puerta.

>No la golpees, Dipper. No lo hagas< pensó, ahora contando hasta veinte.

—Dipper... —la interrumpió.

—Seis años y nunca viniste, ¿Qué quieres ahora, Mabel?

La mencionada suspiró y lo miró. Ambos mantuvieron el contacto visual, hasta que Mabel ya no lo soportó. Rompió en llanto.

—¡Regresen!

Dipper se quedó preplejo. No esperaba aquello.

—¿Ah?

—¡Te juro que seguirás siendo el tutor legal de Lawliet, pero vuelvan a la tienda de telapatía!

—¿Por qué William no vino contigo?

—¡Sabes muy bien que él siempre esta a cargo de la tienda de telepatía cuando salimos!

—Lo sé, lo sé. —sobó el puente de su nariz y suspiró. —Pensé que ya lo tratabas mejor debido a... Su situación.

—Para nada. —se limpió las lágrimas. —¿Q-qué dices?

El castaño pensó.

—No lo sé, Mabel. —se cruzó de brazos. —Quiero decir, a Lawliet le costó trabajo adaptarse a su nuevo estilo de vida, ¿Para volver a arrastrarlo al pasado?

Mabel frunció el ceño y le golpeó el estómago.

—¡Debes de convencerlo! ¿¡Qué esperas?! ¿¡Qué Fear crezca sin su herma...?! —se detuvo.

Dipper la miró sorprendido.

—¿Fear? —arqueó una ceja.

—Yo... ehm...

El ilusionista la miró algo molesto. Hizo puños con sus manos y volvió a cerrar los ojos. Contó hasta 30.

—Lawliet y yo iremos a cenar a la tienda de telepatía. —dijo entre dientes y la miró. —Los veremos hasta entonces.

La castaña sonrió.

—¡Los espero! —le besó la mejilla y se retiró.

Dipper cerró la puerta, maldiciéndose a él mismo por haber dado la propuesta de la cena.

—Solo espero que Lawliet se comporte. —susurró.

⚡⚡⚡⚡

Mientras tanto, Lawliet y Daryl se encontraban en el receso. En la últila mesa (pues era la más grande). Comían mientras conversaban de algún tema de interés.

—¡La pequeña Kendall es un amoooor! —exclamó Daryl, cubriendo sus mejillas. —¡A sus seis años es tan adorable!

Lawliet lo miró y soltó una (apenas perceptible) risa.

—Genial... —murmuró.

—¿¡Eh?! —gritó el rubio, mientras lo tomaba del cuello de su camiseta. —¿¡Y a ti que te pasa?! ¡Parece que te deprimes muy rápido! —lo acercó a él. —¡No llores! ¡No seas como Will! ¡Sé feliz!

El peli-azul rió y lo apartó.

—Estoy bien, exagerado. —ambos rieron.

Daryl miró a todos lados, divisando a un latino.

—Hey, ese es Marco. —alzó su mano. —¡Hola, Marco!

El pequeño moreno de 10 años se volvió a verlo. Le sonrió e hizo una seña con su mano, en señal de saludo.

—Marco es genial.

—Sip. —Lawliet asintió. —Es genial.

Una chica se sentó al lado del peli-azul,para luego (casi) asfixiarlo con un abrazo.

—¡Lawliet! ¡Al fin te encuentro! —canturreó.

El mencionado se volvió a ver a aquella coreana: De tez blanca, ojos marrones y corto cabello negro. Respondía al nombre de June.

—Hola, June...

La peli-negra le sonrió.

—Hola, Lawliet.

El peli-azul se sonrojó un poco y le devolvió la sonrisa.

—¡Deaj! ¡No quiero ver el beso! —exclamó Daryl, para luego cubrir sus ojos.

[...]

Lawliet entró a su casa, apoyándose en la puerta y soltando un gran suspiro.

Dipper rió.

—¡Vaya! ¿Por quién suspiras? —el peli-azul le sonrió y se sonrojó. —¡Oh! ¡Si estas enamorado!

—Creo... —se rascó la nuca.

—¿De quién?

—Entró una chica coreana a la escuela, hace unas semanas...

—Y como a ti no te atraen los coreanos... —afirmó el castaño, soltando una risa.

—¡Es muy linda, papá! —exclamó.

Dipper lo miró sorprendido.

—Yo... ahm... —se sonrojó. —Lo siento, tío Dipper...

El mencionado soltó un suspiro.

—No quiero acabar con tu momento de enamorado, pero... —mordió su labio. —Ve y cámbiate, iremos a cenar.

Lawliet asintió y bajó la mirada. Caminó hacia su habitación, donde se encerró y se cambió de ropa.

Salió de su cuarto, poniéndose la camiseta.

—¿A dónde iremos a cenar?

—A la tienda de telepatía.

Lawliet.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora