Capítulo 20.

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Abby no dijo nada más, sólo se retiró.

—Lawliet, ¿Estás bien? —se volvió a verme.

Sonreí y lo abracé.

—¡Mi caballero de brillante armadura me salvó! —exclamé con todo drámatico.

—¡Lawliet! —lo solté.

—Si, estoy bien. —asentí.

—Bien, iré a dejar mi mochila. —se dio media-vuelta.

Lo tomé del antebrazo y lo jalé hacia mí, pero solo conseguí que me empujara.

—¿Daryl?

—Y-yo… —negó. —Basta...

—¿Qué ocurre? —intenté tomarlo de la mano, pero no lo logré. —¿Qué te pasa? Ayer estuviste muy cariñoso conmigo...

Se sonrojó y me miró.

—¿Tú me amas?

Arquee una ceja.

—¿Eh?

—¿¡Significo algo para ti!? —sus ojos se tornaron vidriosos. —¡Lo de ayer! ¿Significó algo más que solo sexo? —murmuró.

—¡Claro que sí! —afirmé. —¿Crees en el amor a primera vista? Eso me pasó contigo. —le sonreí. —Noté que tus sentimientos hacia mí son puros y tienes buenas intenciones...

Asintió repetidas veces.

—Ya, ya. —se pasó el torso de sus manos por sus mejillas, limpiando las pocas lágrimas que se le escaparon. —No es necesario que te pongas cursi.

Reí.

Pasaron algunos segundos, para que él volviera a hablar.

—¿Có-cómo va todo con Mabel y Will?

Borré toda expresión en mi cara. Lo miré serio.

—No sé. —el timbre sonó. —Debo ir a clases. —comencé a caminar.

Se puso frente a mí.

—¿No ha mejorado?

—No sé.

—Lawliet, ellos ponen su esfuerzo para ayudarte, ¿Y tú se los agradeces así?

—¿Y tú que vas a saber?

—¡Mi padre...! —se vio interrumpido.

—¡Sí, tu padre murió! —me miró sorprendido. —¡Pero los míos actuaron como si no existiera! ¿¡Qué vas a saber tú!? ¡A Bill si le importabas! —le di un pequeño empujón. —¡A _____ y a Dipper les preocupas!

—E-es que... siento que solo te has enfocado en lo negativo... —mordió su labio. —Piensa, ellos debieron de apoyarte en algún momento.

Desvíe la mirada, frunciendo el ceño.

Will... hubo algunas ocasiones en las que dibujabámos juntos. Algunas veces me llegó a perseguir por toda la casa, mientras jugábamos a que era un dragón.

Mabel... siempre me ponía notitas en el lonche del preescolar, diciéndome cuanto me quería. En una ocasión, llegué a ser su mini-asistente en el show.

En mi cumpleaños, me llevaron a un concierto. La banda nunca la había escuchado, pero estuvieron conmigo todo el día.

Mabel y Will si habían estado para mí, pero me enfoqué tanto en las veces que me rechazaron, que no le tomé importancia.

Miré al rubio. Bill había muerto, justo después de que le dijera que lo odiaba, por eso se empeñaba tanto en hacerme cambiar mi opinión acerca de mis padres. Él en verdad sabe como es sentirse solo.

—Tienes razón... —murmuré.

[…]

La puerta se abrió.

Rompí en llanto y me lancé a abrazarla, provocando que casi cayéramos al suelo.

—¡Mamá! —exclamé, aumentando la fuerza del abrazo. —¡Te quiero! ¡Te quiero mucho! ¡Eres la mejor!

Sentí como ocultaba su rostro en su cuello y comenzaba a llorar.

—Mi pequeño Lawliet, pérdoname. —sólo asentí.

—¿Por qué tantos gritos? —cuestionó Will.

Solté a la castaña y me lancé a abrazarlo (literalmente me aferré a su cuerpo).

—¡Papá! —me sostuvo con fuerza. —¡Gracias por apoyarme en todo! ¡Eres mi héroe!

No me respondió, sólo se limitó a llorar.

Cuando me separé, recibí otro abrazo de mi madre. Dirigí mi vista hacia la puerta.

Mi tío Dipper sólo se despidió con una sonrisa.

Lawliet.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora